La 'marea blanca' se ha vuelto a manifestar este domingo en Madrid. Y esta vez ha logrado reunir a 200.000 personas, según la Delegación del Gobierno, y 670.000, según los convocantes. Una multitud que, agitando pañuelos blancos, hizo que la plaza de Cibeles se quedara pequeña para acoger a los madrileños que llegaban a ella por sus accesos. Alcalá, Paseo del Prado y Castellana se llenaron de médicos y personal sanitario, pero también de personas mayores y familias con niños -muchos niños- hartos de llamar a su centro de salud para conseguir una cita a semanas vista.

La protesta, convocada por las asociaciones de vecinos de barrios y pueblos de Madrid, ha logrado ser multitudinaria tras la decisión del Gobierno regional de abrir 80 centros de urgencias extrahospitalaria sin la planificación y el personal suficiente. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, muy en su línea, reaccionó tildando de "política" la convocatoria y minusvalorando las quejas, ya que, según ella, todo se debía a que faltaban "34 médicos". En algo tenía razón: la comparó con las marchas del 'No a la guerra' que hubo en Madrid contra la decisión de José María Aznar de ir a la de Irak y en afluencia recordó a aquellas.

19

Manifestación en Madrid en defensa de la sanidad pública EFE

La cabecera política se improvisó en la glorieta de Atocha. Ningún líder de la izquierda madrileña quiso perderse el poder transmitir con sus palabras el riesgo que corre la sanidad pública madrileña, a la vez que intentaban separar la protesta de la ideología. El portavoz de Más País, Íñigo Errejón, aseguró que "detrás de la manifestación había mucho dolor, porque mucha gente viene después de muchas horas en el centro de salud, en el que no le atienden, después de muchas llamadas en las que no le cogen el teléfono, después de mucho miedo por un familiar, o muchos profesionales con muchas horas de angustia por no poder atender a los ciudadanos, porque tienen que hacer entre uno el trabajo de cinco y siete".

Tanto él, como la líder de la oposición madrileña, Mónica García, de Más Madrid, coincidieron en negar que lo ocurrido sea un error de Ayuso, sino que responde a un plan preconcebido para quitar a los ciudadanos un derecho, como es el de la sanidad pública, para convertirlos en clientes, que pagan por un servicio. García añadió que no puede ser que “la comunidad más rica de España sea la que menos invierte en sanidad”, y Errejón advirtió a Ayuso del riesgo de ignorar una convocatoria semejante de cara a las próximas elecciones, porque tanta gente significaba que "había personas de todas las opciones políticas".

El secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, insistió en esta línea y aseguró que "da igual quien haya votado qué, porque la gente está para defender su derecho a vivir con tranquilidad y a tener una gran sanidad pública". En su opinión, si la vivida este domingo "fuera una manifestación política, mañana habría dimisiones" en la Comunidad de Madrid por la afluencia de personas, ya que han acudido "por encima de partidos".

Aunque Lobato se negó a pedir explícitamente la dimisión de Ayuso, ese fue el grito más escuchado a lo largo de las cuatro columnas, que partieron de Nuevos Ministerios (zona norte), Hospital de la Princesa (este), Atocha (sur) y Ópera (oeste) para llegar a Cibeles. Hubo variaciones a ritmo de samba ("Sanidad, sanidad, sanidad te quiero") o propio de este tipo de marchas ("Arriba, arriba, arriba todos a luchar, la salud es un derecho, la salud es un derecho, basta ya de especular". Todo ello aderezado con las consignas concretas de la 'marea blanca': "Urgencias cerradas, muerte asegurada", "La atención primaria, la más necesaria", "Menos discursos y más recursos", "Menos asesores y más trabajadores", y "Menos banderas y más enfermeras"

La convocatoria, bajo el lema 'Madrid se levanta por la Sanidad Pública. Contra el Plan de Destrucción de la Atención Primaria', se ha producido en medio de las huelgas convocadas por varios sindicatos, algunas indefinidas, otras de varios días, contra el modelo de atención a la urgencia extrahospitalaria implantado por Ayuso. Protestas ante las que la Administración regional ha impuesto servicios mínimos del 100%. La Atención Primaria se sumará a la huelga indefinida a partir del próximo día 21.

"Plan de destrucción"

El objetivo de la manifestación era rechazar el "plan de destrucción" de la sanidad pública que, a juicio de los convocantes, quiere implantar el Gobierno de la Comunidad de Madrid. "Queremos dejar a nuestros hijos y nietos el más valioso de los legados, que hemos recibido gracias al esfuerzo de nuestros mayores. Porque no solo estamos defendiendo el derecho a la sanidad pública, sino también el derecho a una sociedad más justa y democrática", destacaba el manifiesto de la protesta, que ha contado con el apoyo de actores como Luis Tosar, Alberto San Juan o el cantautor Luis Pastor.

Entre los asistentes estuvo el director de cine Pedro Almodóvar, quien criticó el daño causado a la sanidad pública madrileña. Y señaló a sus responsables como quienes mejor lo conocen, porque “afecta a todos”. "Estos que nos gobiernan que son tan constitucionalistas, que miren la Constitución", resaltó Almodóvar, para defender la sanidad pública.

La respuesta del Gobierno regional ante la falta de profesionales sanitarios que den servicio a las urgencias extrahospitalarias, cerradas durante la pandemia, fue que en 29 de estos centros un médico haga videoconsultas hasta "que se reduzca la situación de conflictividad laboral" generada con la reapertura de la red. El resto de centros dispondrán de un médico, un enfermero y un celador y en unos 10 o 12, según la última oferta trasladada a la Mesa Sectorial, serán centros de atención a cuidados.