Crisis climática

Qué significa que la capa de ozono se está recuperando y qué implica para el planeta

Este hito podría minimizar el aumento global de las temperaturas, aunque seguiría siendo insuficiente para evitar un calentamiento extremo

La capa de ozono se recuperará totalmente en 2066, según la ONU

ZML

Valentina Raffio

Hace unos cincuenta años, la comunidad científica alertó sobre la aparición de un "enorme agujero" en una de las capas de la atmósfera que envuelven el planeta y que, gracias a su escudo, mitiga el impacto de la radiación ultravioleta. En los noventa, el mundo se volcó con la causa, se crearon nuevas leyes para frenar el avance de este fenómeno y, en general, la ciudadanía se concienció con la necesidad de "cerrar el agujero de ozono". Casi treinta años más tarde, un informe de Naciones Unidas afirma que vamos por el buen camino: el agujero de la capa de ozono se está cerrando y en cuarenta años podría estar totalmente recuperado. ¿Pero qué significa exactamente esto y qué implicaciones tiene para el planeta?

Empecemos por el principio. Para entender qué es este fenómeno debemos viajar hasta la estratosfera, a entre 15 y 50 kilómetros de la superficie terrestre, donde se concentra la capa de ozono del planeta. Este escudo funciona como una especie de filtro para frenar la radiación ultravioleta emitida por el sol. De no existir, el planeta se calentaría más rápido y los rayos solares causarían más daños en la salud de las personas y de los ecosistemas.

En 2022, el agujero de ozono de la Antártida medía unos 26,4 millones de kilómetros cuadrados

En la década de los setenta se descubrió que esta capa se estaba debilitando. Por un lado, se observó que el tamaño (y la fortaleza) de este escudo estaba menguando. Y por otro lado, según alertó un estudio publicado en 1985, se descubrió que justo encima la Antártida, en el polo sur del planeta, se había abierto un enorme agujero (en el polo norte también se descubrió un fenómeno parecido pero de una magnitud inferior).

Para que se hagan una idea de la magnitud de estas brechas, en 2022 se calculó que el agujero de ozono de la Antártida medía unos 26,4 millones de kilómetros cuadrados. Según muestran los registros, este fenómeno es cíclico. Cada año, a partir del mes de septiembre, la capa de ozono se adelgaza y el agujero crece. En primavera alcanza su máximo. Y a lo largo del verano siguiente se recupera. Hasta que en septiembre vuelve a empezar. Este fenómeno se va monitorizando a través de una red internacional de satélites (y unos curiosos estudios anuales con globos sonda).

Culpables de la capa de ozono

El agujero de la capa de ozono es fruto directo del uso de algunos compuestos químicos como los utilizados, por ejemplo, para fabricar aerosoles, acondicionadores y productos desechables. Estas sustancias, derivadas de la actividad humana, tienen un efecto directo sobre la presencia del ozono en la atmósfera. Cuanto más se usen, mayor es el impacto sobre el medio. Sobre todo porque, según apuntan varios estudios, la vida media de estos compuestos es de casi cien años.

Para intentar frenar el avance de este fenómeno, en los años noventa los países trazaron el conocido como Protocolo de Montreal para endurecer la legislación sobre este tipo de productos. Concretamente, se pactó "reducir el consumo y producción de clorofluorocarburos (CFC)". A partir de entonces se eliminó progresivamente el uso de estos compuestos en la fabricación de espráis, aires acondicionados y todo tipo de materiales.

Todos estos esfuerzos han logrado revertir, parcialmente, la magnitud del agujero de la capa de ozono. Según apunta el último informe de Naciones Unidas, si seguimos con las medidas actuales en 2045 se cerrará el agujero del Ártico; en 2066 el de la Antártida y en el 2040 el del resto del mundo. Eso sí, solo si no hay un repunte de estas sustancias (algo que, por ejemplo, en regiones como China parece que ya está ocurriendo).

Impacto en el calentamiento global

La mejora de la capa de ozono podría minimizar el aumento global de las temperaturas. Los expertos estiman una reducción del calentamiento global de entre 0,3 y 0,5 grados de media de aquí a finales de siglo. Esto supondría una mejora respecto a las previsiones actuales (que estiman un mundo 2,5 grados más caliente para 2100) pero, aun así, seguiríamos estando por encima del umbral de seguridad para el planeta: el famoso objetivo de los 1,5 grados.

"Las medidas adoptadas para proteger la capa de ozono sientan un precedente para la acción climática"

Una de las consecuencias más importantes de este hito es, justamente, la prueba de que es posible revertir un fenómeno global a gran escala. "Las medidas adoptadas para proteger la capa de ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse ―con carácter de urgencia― para abandonar los combustibles fósilesreducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar así el aumento de las temperaturas", explica Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

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