Investigación

"Le llamaban gordo inmigrante": afloran más casos de 'bullying' en el instituto de los gemelos de Barcelona

Inspección de Educación, que se ha trasladado este lunes al Instituto Llobregat de Sallent, admite que el centro no supo detectar el acoso a los gemelos

Instituto de Sallent.

Instituto de Sallent. / ÁLEX GUERRERO MAESTRE

Elisenda Colell

"Creo que el Instituto no había sabido reconocer como tal el 'bullying' que sufrían los gemelos". Estas han sido las palabras exactas que ha usado Josep Roca, el inspector del Departament d' Educació que está investigando qué falló en el instituto Llobregat de Sallent (Bages), ante exalumnos y familias del centro que se han manifestado esta mañana frente al instituto. Uno de ellos, un padre origen extranjero cuyo hijo adolescente también ha sufrido 'bullying', ha atribuido el acoso a niños de primero de la ESO, el mismo curso al que iban los gemelas Leila y Alana/Iván, la niña que había pedido en su entorno ser tratada en masculino y que el pasado martes falleció tras precipitarse desde el balcón de su casa. "A mi hijo le decían gordo, inmigrante, vete a tu país...", explica el hombre, aún conmocionado por la tragedia.

La protesta de esta mañana ha servido para ofrecer más detalles de la gestión del conflicto. Varios padres del instituto han expresado ante Roca los casos de acoso que sufren o han sufrido sus hijos y se han quejado del modelo de intervención que se hace en el centro. Es el caso de este padre que prefiere no revelar su identidad. "Son un grupo de niños de primero de la ESO, mucho más pequeños que mi hijo, que está en cuarto. Van en grupo y se dedican a insultarle: le llaman gordo, inmigrante... Creo que son los mismos que acosaban a los gemelos", ha asegurado.

"Hay muchos niños de este centro que se han tenido que ir a otros institutos de la comarca porque les acosaban y los profesores no hacían nada", se quejan padres del instituto

El pasado 13 de febrero, la familia de este alumno informó al centro de este problema a través de un correo electrónico y, el día 21, la madre de este menor se reunió con su tutora para tratar el tema. "Cuando mi mujer regresaba de casa se encontró con los helicópteros, los equipos de emergencia... la niña se acababa de suicidar", explica el padre, conmocionado. "Podría ser mi hijo", añade, temblando. "Hay muchos niños de este instituto que se han tenido que ir a otros centros de la comarca porque les acosaban y no se hacía nada... A mi hijo también le hacen 'bullying' en el colegio de primaria del pueblo, pero al final hemos ido a un psicólogo que le está ayudando a poner límites", explica Anabel Espejo, madre de una alumna de segundo que también ha asistido a la protesta.

La solución: expulsión

El padre del niño al que llamaban "gordo" e "inmigrante" explica que la semana anterior a la tragedia, el grupo de primero de la ESO volvieron a acorralar a su hijo. "Él no aguantó más y les dio un guantazo, les dobla en altura", explica el hombre. En un primer momento, el docente que vio la escena optó por expulsarle del centro. "Finalmente no se tomó esa medida porque ya nos habíamos puesto en contacto con la tutora, ella ya sabía la situación y lo paró", sigue el padre.

Si no fuera por la intervención de esta docente, la resolución de este caso se hubiera parecido mucho a las medidas que se adoptaron con los gemelos. Según varias fuentes del centro y del entorno de la familia, y como posteriormente ha confirmado este lunes el inspector, la escuela no había respondido correctamente a la situación. Los menores recibían asesoramiento psicológico en la escuela, la orientadora del instituto había trabajado con los dos, pero no se habló de 'bullying', sino que, en muchas ocasiones, se trataba a Alana/ Iván como si fuera el agresor. Le habían expulsado del centro en varias ocasiones.

"No podía más y se defendía contra estos niños, les pegaba... y entonces le trataban como si fuera el malo de la película", explican a este diario alumnas más mayores del centro que, cuando veían a Iván/Alana en peleas trataban de separarle, tranquilizarle y escucharle. En alguna de estas expulsiones, explican estas alumnas, el menor no pudo regresar a casa porque los padres no se podían hacer cargo y el centro optó por encerrarlo en una sala que los alumnos han bautizado como 'la nevera' por el frío que hace. "Es la sala de los castigados", aclaran las alumnas.

Ataque de ansiedad

Estas estudiantes no entienden por qué el centro actuaba de esta forma. "Claro que sabían que les hacían bullying", insisten. Ellas mismas se lo habían transmitido a un profesor de Matemáticas de cuarto de la ESO. "Le dijimos que no era culpable de nada: que se metían con su acento, por ser de Argentina, llevar siempre la misma ropa y porque se había cortado el pelo y quería ser un niño", explican. También le ayudaron en lo que estas adolescentes llaman un "ataque de ansiedad", tras una pelea que ocurrió en el patio. "Estaba convulsionando... lo llevamos con una profesora que le dio una tila para relajarse, pero la mayoría del tiempo los profesores en el patio no hacían nada", se quejan. También recuerdan un episodio en los baños del instituto. "Lo rodearon y le pegaron en la cabeza".

El instituto tomó algunas medidas ante el caso de los gemelos: les expulsaron, les hacían ir al recreo con otros niños o les cambiaban de clase en algunas asignaturas.

Otras de las medidas que el centro había tomado para abordar el problema con los hermanos era enviarlos al patio de los mayores y a clases de segundo de la ESO en asignaturas como plástica o educación física. Lo confirman también padres de segundo de la ESO, ya que coincidían en clase con algunos de sus hijos. "Decían que lo hacían para evitar conflictos, pero a los niños que se metían con ellos no le decían nada, seguían igual", se quejan las alumnas.

Más de un año esperando psicólogo

El centro ha enviado un correo electrónico a todos los alumnos que necesiten apoyo psicológico tras la tragedia, e Inspección ha habilitado una dirección de correo electrónico para que las familias, y los alumnos, expresen sus quejas sobre la gestión del centro. "Nadie conoce el funcionamiento de los protocolos del 'bullying'. Trabajar se trabajó con los gemelos, pero no desde la óptica del 'bullying'", han explicado fuentes de Educació.

El trabajo no solo pasaba por la escuela, también fuera de ella. Por ejemplo, con los servicios sociales del municipio. "Hacía más de un año que la madre estaba pidiendo un psicólogo para la niña, no estaba bien", explica Cristina Puga, pariente de la niña. "Finalmente le concedieron una cita para la fundación Althaia en Manresa el lunes 20 de febrero, pero la madre y la niña perdieron el autobús... quién sabe lo que hubiera pasado de haber llegado", suspira Puga.

Inicio en la primaria

Lo cierto es que los familiares siguen apuntando a la gestión escolar. Y no tan solo del instituto, también de la escuela a la que iban las niñas desde abril de 2021, cuando llegaron a Sallent, procedentes de Reus. En su primer año en Sallent, las niñas cursaron 5º de primaria en la escuela Torres Amat. En Reus apenas habían pisado el centro debido al cierre escolar por la pandemia, explican fuentes del primer centro educativo que las recibió. "Todo empezó en el Torres Amat, con estos mismos niños... Los padres estaban cansados de ir a ver a maestros, hablar del tema... y que nadie hiciera nada", cuenta Alejandra, una familiar a quien las niñas llamaban 'tía' porque fue quien las acogió en el Bages.

Varios padres y exalumnos del centro se han acercado a la verjas del patio del instituto para reclamar "justícia" ante el bullying.

Varios padres y exalumnos del centro se han acercado a la verjas del patio del instituto para reclamar "justícia" ante el bullying. / ÁLEX GUERRERO MAESTRE

Fuentes de la escuela explican que el instituto, la escuela y el ayuntamiento trabajaban coordinados para atender estas niñas desde el primer momento. "Es una familia con complejidades", se limita a decir el gobierno municipal, que se niega a dar más detalles sobre por qué los servicios sociales hacía seguimiento de la familia. "¿Compleja por qué?", responde Puga. "Sí es cierto que viven en un piso de una finca ocupada porque no les hacían un alquiler ni lo podían pagar, pero las niñas estaban bien atendidas, los dos padres trabajan, pagan todos los recibos de la luz y del agua... y encima se quedaron sin ayudas sociales por sus empleos", añade Puga.

Acosadas por la calle

El municipio de Sallent está totalmente conmocionado por la noticia. Uno de los encontronazos de las gemelas con sus agresores ocurrió durante las vacaciones de Navidad, en plena calle. "Vinieron las dos niñas argentinas corriendo pidiendo si se podían esconder en la tienda porque unos niños les iban a pegar, porque les hacían 'bullying'", explica la dueña este establecimiento. "Salí y no había nadie... pensamos que era un juego de niños", añade la mujer. "Ahora vas conectando las cosas, lo vamos entendiendo", lamenta J.L, otro trabajador.

En la escuela, el ambiente es ahora irrespirable. En la hora del recreo, algunos niños se han unido a la protesta de padres y exalumnos picando en las verjas del patio escolar. Los profesores les han pedido que pararan. Otros alumnos se quejaban de que algunos docentes les rastreaban el móvil. El claustro, especialmente el director, ha estado reunido con el inspector. "Nos hemos ido de clase porque es todo una mierda. Unos niños han abierto una puerta del patio y se han escapado. A nosotros el director no podía darnos la clase...", decían, abiertamente enojados, alumnos de Bachillerato a las doce del mediodía, camino para casa.

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