Sanidad pública catalana

El primer paciente del mundo al que trasplantaron un pulmón con un robot: "El dolor ha sido cero"

Xavier, con fibrosis pulmonar y tratado por el Hospital Vall d'Hebron, ha experimentado una nueva técnica que evita abrir el tórax de lado a lado y que cambia radicalmente el postoperatorio

Vall d’Hebron trasplante el primer pulmón robótico del mundo.

Vall d’Hebron trasplante el primer pulmón robótico del mundo. / VALL D'HEBRON

Beatriz Pérez

"No me genera absolutamente nada ser un hito médico, no tiene ningún valor intrínseco esto. Hablo contigo para decirles a las instituciones que inviertan en este sistema y en la sanidad pública, para que esto pueda hacerse en toda España". El que habla al otro lado del teléfono es Xavier, de 65 años, un electricista industrial jubilado, el primer paciente de todo el mundo en ser trasplantado de pulmón con un robot Da Vinci.

Junto a este hito, Vall d'Hebron ha alcanzado otro al encontrar una nueva vía de acceso para sacar el pulmón enfermo y meter el nuevo (la cirugía subxifoide), lo cual evita abrir el tórax de lado a lado, como se hacía hasta ahora. Esto cambia radicalmente el postoperatorio de los enfermos.

"No he tenido dolor. El dolor ha sido cero. El trasplante se ha hecho sin que yo sufriera dolor. Los trasplantes de pulmón son muy traumáticos porque hay que abrir la caja torácica para sacar uno o los dos pulmones. A mí solo me trasplantaron uno", cuenta Xavier.

La intervención se produjo el pasado 28 de febrero. Resultó exitosa y este lunes el hospital ha realizado una rueda de prensa para presentar este caso al mundo y que más pacientes puedan beneficiarse de esta nueva técnica que consiste, a grandes rasgos, en una incisión de ocho centímetros en la piel por debajo de la xifoide y por encima del diafragma.

Xavier, a quien le dieron el alta médica la semana pasada, explica su caso sin concederle mayor trascendencia, pero sí con una nítida intención: "Quiero mandarles este mensaje a los políticos: inviertan en esta máquina para que esta técnica llegue a toda España".

La enfermedad

En 2005, cuando tenía 47 años, Xavier empezó a sentirse muy cansado. Con el tiempo le diagnosticaron una fibrosis pulmonar. Aunque en 2009 le propusieron el trasplante, decidió no hacerlo. "Tenía una calidad de vida lo suficientemente agradecida como para no tirarme a la piscina", explica.

Pero, de 2009 a 2023, la cosa fue empeorando. "Había ido teniendo una decadencia de pulmón muy pequeña pero constante. Me recomendaron que usase oxígeno, pero busqué todas las alternativas para evitarlo. Es una enfermedad que te va dejando sin oxígeno".

Los médicos le explicaron que la suya era una fibrosis diferente a la estándar. Y llegó un momento en que, a determinada edad, no era recomendable "alargar" la cosa. Por eso accedió al trasplante de pulmón. "Yo tenía todas las características que necesitaban para poner en marcha una técnica nueva para este trasplante y que ya se había usado en otras enfermedades", cuenta. Además, esta técnica se llevó a cabo al 100% con un robot Da Vinci.

28 días en coma inducido

El 28 de febrero de 2023, Xavier fue trasplantado. Aunque "todo fue muy bien", estuvo 28 días en coma inducido y con respiración extracorpórea. La recuperación fue "muy lenta" porque sufrió una sepsis. Pero, desde el "primer día" en que se despertó, el dolor tras la operación ha sido "cero", insiste.

"Ahora hago mucho ejercicio y camino para recuperar la masa corporal que perdí. A nivel respiratorio estoy bien", cuenta Xavier, que asegura que siempre fue tratado por los sanitarios de Vall d'Hebron con "mucha delicadeza e interés". "Estoy enamorado de mis profesionales y todo esto ha sido la sanidad pública", insiste.

Aunque en muchos momentos tuvo miedo, asegura sentirse "contento" de estar vivo. De que le haya "funcionado" no solo la nueva técnica, sino también la "máquina". "Cuando juegas con una carta en la que solo pueden salirte dos colores, siempre tienes miedo. Pero no soy un loco: cuando decidí trasplantarme, pensé en todos los pros y los contras. Si decía que no, tenía por delante dos años justitos de vida. Así que firmé el 'sí'", concluye.

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