La Biblia también predice el fin del mundo: llega en forma de sequía

El Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento, habla sobre la sequía del río Éufrates y sus consecuencias

El río Éufrates

El río Éufrates

Lola Gutiérrez

El cambio climático es el responsable de que marismas, ríos y lagos de todo el mundo se estén secando. Según el programa de la ONU para el Medio Ambiente, Irak es el quinto país del mundo más vulnerable a las consecuencias de la emergencia climática. Ascenso de temperaturas, descenso de las lluvias, frecuentes tormentas de arena, inundaciones e intensas sequías son realidades que el país experimenta desde hace tiempo.

El Gobierno iraquí alerta de que el país puede perder un cuarto de sus reservas de agua en una década al mismo tiempo que avanza la desertificación. Los estragos de la sequía son evidentes en todo el país. A lo largo de todo su recorrido, los ríos Tigris y Éufrates muestran unos cauces muy bajos.

Y es precisamente este último río el que preocupa, puesto que el Apocalipsis, el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana, habla en el capítulo 16, versículo 12, sobre la sequía del río Éufrates y sus consecuencias apocalípticas.

"El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y sus aguas se secaron para preparar el camino de los reyes del este" (Apocalipsis 16:12).

Catástrofe natural

Este versículo del Apocalipsis, también conocido como el Libro de la Revelación, es uno de los más enigmáticos y polémicos de todo el libro. Se refiere a una catástrofe natural que resulta en la sequía del río Éufrates y que abre el camino para que los reyes del este (o del sol naciente) entren en escena. ¿Qué significa todo esto?

Para entenderlo, es necesario primero entender el contexto general del Apocalipsis. El libro es una obra altamente simbólica y apocalíptica que se atribuye al apóstol Juan. Fue escrito en un momento de gran persecución de los cristianos en el Imperio Romano, y su propósito principal era alentar a los creyentes a permanecer fieles en medio de las pruebas y las tribulaciones.

El Apocalipsis describe una serie de visiones que supuestamente tuvo san Juan mientras estaba en la isla de Patmos, y que le fueron reveladas, según la fe cristiana, por el mismo Dios. Estas visiones se presentan en forma de símbolos y alegorías y se refieren a eventos que tendrían lugar en el futuro.

En el capítulo 16, se describe una serie de juicios divinos que caen sobre la tierra en los últimos días. Estos juicios se presentan en forma de "copas de ira" que son derramadas por siete ángeles. Cada copa representa una plaga diferente, y todas ellas son terribles y destructivas.

Límite del mundo conocido

El sexto ángel derrama su copa sobre el Éufrates, y esto resulta en su sequía. El río Éufrates es uno de los ríos más importantes de Oriente Medio, y en la antigüedad era considerado el límite oriental del mundo conocido. Su sequía, por lo tanto, simboliza una especie de fin del mundo para los que vivían en esa época.

Además, la sequía del Éufrates tiene un significado simbólico más profundo. En la Biblia, el Éufrates se asocia con Babilonia, la ciudad que fue destruida por los persas en el siglo VI a.C. y que simboliza la opresión y la maldad del mundo. La sequía del Éufrates, por lo tanto, se interpreta como una señal de que Dios está a punto de juzgar a los opresores y traer justicia a la tierra.

Reyes del este

La sequía del Éufrates también se relaciona con la aparición de los reyes del este. Estos reyes se interpretan como un ejército que viene del este para luchar contra el anticristo y sus seguidores en la batalla final del Armagedón, la gran lucha final entre el bien y el mal cuya victoria es para Dios y sus ángeles.

La profecía termina con la venida de Cristo y el juicio final. Los muertos son resucitados y todos son juzgados según sus obras. Aquellos que son encontrados justos heredarán la vida eterna, mientras que los malvados serán arrojados al lago de fuego.