Entrevista

El cardenal de Caracas: "Tenemos que enfrentarnos a las incomprensiones de la vida con la elegancia del toreo"

"El toreo es una lección permanente de lo que es la vida", ha asegurado Baltazar Porras Cardozo

El cardenal Baltazar Porras Cardozo, con un capote. / CEDIDA

El cardenal Baltazar Porras Cardozo, con un capote. / CEDIDA

Carmen Toro

Baltazar Porras Cardozo es arzobispo de Caracas y este fin de semana ha visitado Toro y Zamora dentro del I Encuentro Internacional de Capellanes Taurinos.

¿Cómo reaccionó cuando le propusieron participar en el Encuentro de Capellanes Taurinos?

Me causó una gran sorpresa. Soy muy amante de la fiesta del toro desde niño por lo que tiene de positivo, no por tantas otras cosas que son producto, más bien, de la ignorancia y para mí y para múchísima gente que ha estado alrededor de la fiesta brava hace surgir unas relaciones de amistad y cariño mutuos que se proyectan mucho más allá, que nos hace tenderles la mano a quienes están en situaciones de necesidad y tener misericorida.

¿Cómo ha vivido estos días?

Han sido un oasis por la fraternidad, el cariño, esa amistad que se forja por la fe y también por la tauromaquia. Ha sido un evento que va mucho más allá de lo que podemos pensar porque nos hace ver la necesidad de unir la fe, que nos habla de la alegría y la esperanza en medio de un mundo tan intolerante como el de hoy en día. Esto nos hace reflexionar mucho más en el valor absoluto de la dignidad de la persona humana y pensar que ese mundo ecológico en el que entran los animales da un sentido de trascendencia a la dureza de la vida, que tiene una serie de incomprensiones a las que tenemos que enfrentarnos con garbo, gallardía y esa elegancia del toreo, que no sólo es un espectáculo cultural, sino una experiencia espriritual.

¿Por qué va más allá?

Porque es una referencia a cómo hay que ausmir la vida, tanto los momentos de gloria, como los de tristeza, dolor...y qué mejor ejemplo que el de quien se pone delante de un morlaco sabiendo que ahí está la inteligencia para dominar a la fiereza que encontramos hoy en día, con tantas contradicciones de desprecio a la vida humana, con todas esas leyes que nos quieren equiparar a los animales y no lo somos. El toreo es una lección permanente de lo que es la vida, es una liturgia profana, una parábola de la existencia, y, si se conoce la vida del toro desde la dehesa, la corrida es una experiencia que hace a uno crecer en vida y no en desprecio de los unos para los otros.

No ha sido capellán de plaza de toros, pero sí ha nombrado algunos por su cargo de obispo...

Ha sido una de las experiencias más bellas porque me ha permitido entrar en contacto con todo lo que tiene que ver con la fiesta del toro: autoridades, ganaderos, toreros, cuadrillas, escuelas taurinas,... y lo que significa acompañar a lo largo del año, no sólo en los días de festejo. Es una actividad permanente en la que siempre reluce ese deseo de lucimiento para que los seres humanos podamos tener esos momentos de gloria y de compartir que se viven en profundidad en torno a las ferias taurinas, que están siempre muy ligadas a la fiesta religiosa en España y en América.

¿Qué relación existe para usted entre los toros y la religión?

Es muy estrecha porque tener el sentido de la trascendencia, de lo que significa enfrentarse al sufrimiento, al peligro y hasta a la cercanía de la muerte nos hace ver lo que a través de, por ejemplo, el "Romancero Gitano" de Lorca y tantos otros han expresado, que es la trascendencia del ser humano, que se vive no sólo como tragedia, sino como esa lucha de superación del ser humano para mejor.

Usted tiene una relación muy cercana con el papa Francisco...

Sí, gracias al Consejo Episcopal de América Latina, hemos tenido muchas reuniones y eso nos acerca en el contato físico y el afecto y nos permite compartir las dfierencias que podamos tener, las experiencias que nos da la vida y el servicio a las comunidades. Es un romano pontífice y tenemos que identificarnos con él para expresar esa fe con sencillez, pero con inmensa alegría en las diferentes situaciones conflictivas que nos toca vivir.

¿Él tiene una postura cercana a la tauromaquia?

Lo he conversado con él hace mucho años. Esa capacidad de tolerancia que tiene con las diversas culturas y expresión de esa religiosidad lo ha hecho tolerante para esto y para tantas otras cosas y lo que siginfica trabajar por la vida de los demás.

¿Conoce la relación entre política y tauromaquia en España?

Creo que no sólo es una relación que se da aquí, díría que en el mundo entero y hay que verlo mucho más allá de lo que es el mundo del toro. Existe una desviación de lo que significa el verdadero sentido de la antropología. Queramos o no, el ser humano, por tener inteligencia y voluntad, es la cumbre de toda la Creación. Todo lo demás está a su servicio para que lo use razonablemente y de forma integral. Esta desviación cultural que se está dando en este cambio de época nos tiene que hacer reflexionar porque queremos defender la vida del animal, pero no nos importa aprobar leyes que van contra la vida, como la del aborto, la eutanasia, las drogas... que no ayudan a un crecimiento vigoroso del ser humano. Tiene que haber una postura de exigencia de respeto y tolerancia de las autoridades para con las tradiciones y la vivencia de los pueblos. Como tantas cosas, a unos les gusta y a otros no, pero no se pueden dar estas acciones tan inhumanas de querer imponer una única maner de vivir y de pensar; va contra la Democracia, en la que la pluralidad de opinones es la que nos enriquece.

¿Cree que el antitaurinismo puede traer menor libertad?

Posturas como la antitaurina y anti tantas cosa no ayudan a la paz ni a la convivencia fraterna. El aprendizaje permanente del ser humano es entender que la fraternidad uno no la busca, se la encuentra. Hay que aprender de las diferencias con lo que nos une a convivivr, a querernos y a trabajar juntos para no tener estas posturas fanáticas e intransigentes que no conducen a nada bueno.

¿Cómo está la situación en Venezuela?

Tanto en el campo de lo taurino como de lo político hay una serie de similitudes porque la imposición de un sector sobre lo que realmente quiere y piensa el pueblo marca la diferencia. Desde nuestra condición de creyentes y pastores, tenemos que dar eso que nos une, que es lo que nos permite buscar el bien.

¿Qué falta en cuanto a derechos humanos y libertad?

Es una situación muy compleja. Hay que valorar lo que significa en una sociedad moderna la libertad de expresión y de inofrmación para que cada uno pueda hacerse su propio criterio de las cosas y que no nos metan a todos en un tubo de pensamiento único que, a lo largo de la Historia, ha llevado a masacres, guerras, imposiciones y dictaduras y que ha traído heridos, sangre, imposición y muerte.

¿Cómo ayudan desde la Iglesia en su país a superar esta situación?

Estamos muy cercanos al pueblo y ponemos ese granito de arena, sobre todo, con el acompañamiento anímico y con las ayudas que nos llegan de alimentación y medicamentos, pero no se trata sólo de dar por dar, sino de enseñar a pescar. Levantar siempre la posibilidad de superación de dificultades que hay en el ser humano. La esperanza es la virtud que mueve y transforma mentes y corazones.

Usted es uno de los líderes informales de la oposición en Venezuela...

Estamos a favor del pueblo y de los derechos de todos, es eso en lo que el papa tanto nos insiste. En el centro hay que poner a la periferia, no al poder. Siempre tenemos que poner primero a los más pobres, a los débiles, a los excluidos..., que parece que no significan nada y son los que nos dan la verdadera dimensión de la vida.

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