La lucha de unos padres después de que su hija de 8 años muriera tras ser enviada a casa por un médico porque "el hospital estaba lleno"

Mia Glynn, una niña británica de 8 años, murió de sepsis horas después de haber sido enviada a casa por un médico que alegó que "el hospital estaba lleno". A pesar de presentar síntomas de infección por el estreptococo del grupo A, sus padres fueron enviados a casa tras dos visitas al médico en un intervalo de cuatro horas. En la segunda consulta, les recetaron antibióticos y les dijeron que esperaran en casa.

Los padres de Mia, Soron y Katie, se preocuparon inicialmente por los síntomas de su hija, que incluían vómitos, dolor de cabeza intenso y dolor de garganta. En la segunda visita, Mia mostraba signos más graves: no comía bien, su ritmo cardíaco estaba elevado, tenía una baja producción de orina y estaba somnolienta.

La sepsis es la primera causa de mortalidad en hospitales

A pesar de las preocupaciones de los padres, el médico les recomendó dar líquidos e ibuprofeno a Mia, y esperar a iniciar el tratamiento con los antibióticos. Sin embargo, durante la noche, la niña empeoró, despertándose agitada, con sarpullidos en brazos y piernas, labios azulados y desorientada. Finalmente, sus padres llamaron a una ambulancia, pero Mia sufrió un paro cardíaco poco después de llegar al hospital y murió debido a una sepsis causada por la infección de estreptococo.

Devastados por la trágica muerte de su hija en 2022, sus padres emprendieron acciones legales para investigar posibles negligencias en la atención médica recibida. Desde entonces, han organizado eventos benéficos en memoria de su hija, recaudando más de 40.000 libras, y han fundado la organización caritativa aiM, en honor a Mia, para concienciar sobre los peligros de la sepsis.

Un test rápido para diagnosticar la sepsis y el shock séptico a través de la inteligencia artificial

Los padres de Mia siguen luchando por respuestas, convencidos de que su hija presentaba claros síntomas de alarma que no fueron atendidos adecuadamente, y buscan generar conciencia pública sobre la importancia de la detección temprana de esta peligrosa enfermedad.

"El dolor increíble e insoportable que sentimos es inexplicable e inimaginable", señalan sus padres a medios británicos. "Nuestra hermosa y saludable hija era la niña más feliz, más brillante, más amorosa y cariñosa. Sonreía, bailaba, traía alegría y amor a todos los que conocía".