No le sentó bien tener que gastarse más dinero -al parecer 300 euros- para viajar de Alicante a Madrid tras haber perdido un vuelo y al final tampoco pudo volar porque fue detenido por la Guardia Civil acusado de dar un falso aviso de bomba y provocar el desalojo de un avión con unas 140 personas a bordo, de las que 134 eran pasajeros, cuatro de ellos menores de edad. Tres horas después de saltar la alarma en el aeropuerto de El Altet y constituirse incluso el gabinete de crisis previsto en el protocolo de seguridad de Anea, el avión pudo despegar sin necesidad de haber desalojado la terminal de pasajeros.

El arrestado ha sido acusado de un delito de perturbación grave del orden público y además de la responsabilidad penal se puede enfrentar a otras sanciones previstas para estos casos, como la prohibición de volar en aviones de la compañía afectada. El pasajero detenido, que pasará hoy a disposición del juzgado de guardia de Elche, cuenta con antecedentes en la Guardia Civil por amenazas.

El incidente se produjo sobre las 13.50 horas en el vuelo 2421 de Iberia Express, que debía llevar a 134 pasajeros desde El Altet hasta el aeropuerto madrileño de Barajas. Su hora de salida estaba fijada a las 13.35 horas, pero tras un pequeño retraso y cuando ya estaba todo el pasaje embarcado un hombre de 52 años y originario de Tenerife pidió hablar con el comandante de la aeronave y le dijo que había recibido una llamada telefónica en la que le advertían de que su maleta había sido manipulada y creía que podía haber algo peligroso, como un artefacto explosivo.

El piloto contactó con la torre de control del aeropuerto de El Altet y activó el protocolo de seguridad. El gabinete de crisis se montó en una zona de operaciones del aeropuerto y el comandante llevó el avión hasta una zona de seguridad prevista en la cabecera de la pista de despegue próxima a la pedanía de El Altet.

Miembros de la Guardia Civil y trabajadores del aeropuerto acudieron al lugar donde estaba el avión y allí fue desalojado el pasaje de la aeronave y trasladado en autobuses a una zona reservada en la terminal. Al tiempo que era interrogado y detenido el presunto autor de la falsa amenaza, los especialistas en desactivación de explosivos de la Guardia Civil y miembros del equipo cinológico con perros adiestrados se encargaron de revisar el interior del avión y el equipaje que estaba en la bodega de la aeronave.

Tras no localizar ningún objeto sospechoso entre el equipaje, sobre las 15.40 horas el avión se dirigió de nuevo hasta la terminal, donde aún revisaron al menos la maleta del pasajero que dio la alerta con una máquina de rayos X. La mayoría del pasaje -varios decidieron no volar tras el incidente- embarcó de nuevo y a las 16.45 horas despegó rumbo a Madrid.

El aeropuerto continuó con normalidad su plan de vuelos mientras la aeronave era revisada en la cabecera de pista del aeropuerto alicantino.