Libertad para Fernando. La Audiencia de Alicante concedió ayer el tercer grado penitenciario al joven Fernando Muñoz, condenado a más de diez de prisión por dos robo sobre los que se ha venido declarando inocente. La medida supone que el joven sólo tendrá que ir a prisión a dormir y podrá pasar los fines de semana con su familia, por lo que con toda probabilidad va a poder pasar las navidades en casa. El auto judicial no entra a valorar nada sobre si existió un error judicial o sobre la inocencia del reo y valora el hecho de que hay un bajo índice de probabilidad de que el recluso vuelva a delinquir. El auto de la Sección Décima, del que ha sido ponente el magistrado Jesús Gómez Angulo, admite que hay circunstancias excepcionales en este caso y que la pena que se le impuso a Fernando pudo ser desproporcionada. Contra la decisión de la Audiencia, no cabe recurso alguno. Aunque el auto se notificó ayer a la prisión de Villena y al juzgado de Vigilancia Penitenciaria, el joven aún podría tardar unos días en poder volver a casa.

Fernando Enrique Muñoz ingresó en prisión hace poco más de dos años para cumplir una condena de más de diez por unos robos en la que los autores embestían a otros vehículos para robar a sus conductores cuando se bajaban a comprobar los daños. Por estos hechos, se condenó a otras dos personas más. Fernando siempre ha defendido su inocencia y que fue incriminado porque su móvil, que perdió dos días antes de los hechos, apareció en una cuneta junto a un bolso sustraído. La familia ya empezaba a dar todo por perdido después de que hace dos semanas el Tribunal Supremo rechazara revisar el caso. La principal carta que les quedaba era que la Audiencia se pronunciara sobre la solicitud del tercer grado, que el juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Villena ya denegó el pasado agosto y tampoco contaba con el respaldo de la Fiscalía.

Los familiares y amigos que han estado concentrados en la Plaza del Ayuntamiento frente a la Audiencia desde el 24 de junio recogiendo firmas y buscando apoyos para su causa recibieron ayer entre lágrimas y abrazos la noticia poco antes de las 13.00 horas. Todos se abrazaban mientras su abogado, Santiago Talavera, subía a la sala para que le notificaran el auto con la medida. «Justo hoy Fernando nos ha llamado media hora antes, si hubiera llamado como siempre ahora lo sabría», se lamentaba ayer Teresa Martínez, la madre del joven, que aseguró que al ver que la sala no ser pronunciaba «yo ya lo daba todo por perdido». «Gracias a todos lo hemos conseguido», anunciaba ayer en la red social Facebook la plataforma de apoyo a Fernando Muñoz. En la página daban las gracias al presidente de la Audiencia, Vicente Magro, a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, a los medios de comunicación y a todos los que se habían sumado a la campaña en favor de la excarcelación del joven y de la revisión de su caso en el Supremo.

En el auto judicial, la Sección Décima elude pronunciarse sobre la inocencia de Fernando y la existencia de un error judicial al entender que a ellos sólo les corresponde valorar el problema desde una perspectiva «penitenciaria». La sala incide en que el penado contaba con 19 años en el momento de los hechos y que «no sólo es su primer ingreso en prisión, sino también su primera y única condena». En este sentido valoran también la falta de antecedentes, la buena conducta que ha mantenido en prisión y el hecho de que tenga reservado su antiguo puesto de trabajo para regresar a él cuando abandone la cárcel.

Los jueces recuerdan que hasta el propio director de la cárcel ha manifestado que se trata de «un interno con un perfil personal que no encaja en el tipo delincuencial de los delitos por los que ha sido condenado, ni parece que tenga relación con ese entorno».

El auto dice que, aunque respeta la sentencia inicial, existían otros argumentos jurídicos que «hubieran permitido una pena legal notablemente más benigna» y que no hay una «ponderación individualizada» de las condenas para cada uno de los acusados. La sala concluye que el reo está preparado para hacer vida independiente y responsable en régimen de semilibertad y que cuenta con un apoyo familiar que le permitirá su reinserción social. Por ello y ante la «excepcionalidad» del caso, se acuerda el tercer grado.