La marea arrastró ayer hasta una playa de la urbanización de La Zenia, en Orihuela Costa, el cadáver de un hombre maniatado y embolsado perfectamente a su vez dentro de un saco industrial de plástico que, para que ocupara menos espacio y fuese fácil de manipular, estaba rodeado de una cinta aislante, de color negro y cinco centímetros de anchura.

Desde el alba, el cuerpo permaneció a diez metros de la orilla en la Cala Bosque oriolana. Los primeros vecinos lo confundieron con un delfín muerto. Nadie a esa hora se dio cuenta que estaban ante un asesinato en el cual es posible los autores quisieran que el cuerpo fuese descubierto, como un aviso para navegantes en lo que las fuerzas y cuerpos de seguridad barajan que se trate de un crimen entre bandas o un ajuste de cuentas.

La Policía Judicial de la Guardia Civil, al menos en esta ocasión, tiene por donde comenzar a investigar. Tiene un cuerpo, de un hombre de 1,80 metros de altura y complexión fuerte, y ahora sólo le falta identificarlo.

El aviso a la Policía Local se produjo a las 11.53 horas. Una patrulla acompañada de una unidad de Servicio de Atención Médica Urgente se acercó hasta Cala Bosque donde encontró el cuerpo maniatado y pudo determinar que se trataba de un ser humano. Sin embargo en ese momento desconocían el sexo de la víctima ya que el cuerpo estaba totalmente tapado. El dispositivo permaneció en el lugar hasta la llegada de la Guardia Civil.

A las dos de la tarde el cadáver permanecía en la orilla, a expensas de la llegada del médico forense para proceder al levantamiento del cadáver después de proceder al protocolo de identificación en el mismo lugar de los hechos, algo que se hizo con sumo cuidado porque las únicas pruebas estaban dentro de ese saco de plástico mortuorio.

Aunque la autopsia está prevista para mañana, fuentes del Instituto Armado señalaron anoche que se trataba de un hombre, aunque no pudieron concretar si llevaba mucho tiempo en el agua.

Por otra parte fuentes cercanas a la investigación indicaron que el cuerpo presentaba una herida en la cabeza y llevaba días en el mar. Tampoco ayer se descartaba que fuese arrojado con un peso para hacerlo desaparecer bajo las aguas y que éste, por efecto de la marea, se hubiese soltado para acabar finalmente sobre la orilla de una de las playas mas populares de Orihuela. En todo ello trabajaban ayer los investigadores. El cuerpo fue introducido en el saco de pies a cabeza y anudado finamente para que el cierre ayudara a su traslado. Ayer estaba roto.

El uso de sacos por la mafia trata, muchas veces, de ocultar huellas y evitar dejar evidencias y pruebas. Los investigadores creen que la víctima fue sometida a tortura antes de acabar con su vida. Sin embargo habrá que esperar a la autopsia para conocer cómo murió la víctima.