La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de haber intentado atropellar a su vecina en Alcoy por haber llamado a la Policía en un caso de malos tratos. El procesado se enfrenta a una pena de siete años de cárcel por un delito de tentativa de homicidio. El hombre ya tenía una condena por haber amenazado de muerte a esta mujer, así como una orden de alejamiento que le impedía acercarse a ella, pero que no estaba vigente en el momento en que ocurrió el altercado.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, un juzgado de Alcoy le condenó por haber estado amenazando de muerte a su vecina. La esposa del acusado fue a casa de ésta a pedir ayuda porque él la estaba agrediendo y ella llamó a la Policía. La sentencia, tras un juicio de faltas por amenazas, impuso al acusado una multa y una orden de alejamiento que le impedía acercarse a la mujer durante seis meses.

Los hechos juzgados ayer ocurrieron el 20 de noviembre de 2007. La mujer se encontraba cruzando por un paso de cebra en una calle de la localidad, cuando se le vino encima la furgoneta del acusado. Sin embargo, no llegó a alcanzarla con el vehículo ya que la mujer pudo saltar hasta la acera de la calle, cayendo de boca sobre una de las cajas que llevaba en la mano. Además de las lesiones sufridas por el golpe, la mujer presentaba también síntomas de estrés postraumático como ansiedad, nerviosismo, insomnio, vómitos y pesadillas.

El acusado, que está en prisión cumpliendo condena por otros hechos diferentes, negó ayer todo y aseguró que ni vio a su vecina, ni se había dado cuenta de que hubiera estado a punto de atropellarla. La mujer ayer se reafirmó en su denuncia y mantuvo que no sólo la vio, sino que al reconocerla aceleró su furgoneta para tratar de arrollarla. Además de los siete años de prisión, la Fiscalía solicita una orden de alejamiento que le impida acercarse de nuevo a esta mujer durante diez años, así como una indemnización de 11.727 euros por las lesiones.

La Fiscalía no considera que se haya producido un delito de quebrantamiento de condena, al entender que en el momento en que se comunicó la sentencia al acusado todavía no se había realizado la liquidación de condena y por tanto la orden de alejamiento no estaba vigente.

En los casos de malos tratos, las denuncias de los vecinos muchas veces son determinantes a la hora de poder actuar. Especialmente, en aquellos casos en los que luego la víctima no quiere declarar contra su agresor. Tratándose de delitos que se cometen en la intimidad del hogar y en los que a veces no hay partes de lesiones, la colaboración ciudadana se convierte en esencial para poder combatir esta lacra.