Con una decena de procesos pendientes de celebrar, el presunto violador en serie de Alicante afrontó ayer su primer juicio por una de sus primeras agresiones sexuales ocurrida en un garaje de esta ciudad el 4 de diciembre de 2011. La Fiscalía pidió ayer una pena de trece de prisión para él tras identificarle la víctima y vincularle la prueba de ADN en los hechos. La vista se celebró ayer a puerta cerrada para preservar la intimidad de la joven violada, que además arrastra secuelas psicológicas derivadas de la violación.

El presunto agresor fue increpado ayer por el entorno de la víctima cuando salía esposado al término del juicio para regresar a prisión. La Policía optó por sacarlo por otra puerta del edificio ante el temor de que pudiera ser agredido, dada la tensión en el ambiente. El acusado es un informático de 38 años de la localidad de San Vicente del Raspeig que fue arrestado por un agente del Cuerpo Nacional de Policía fuera de servicio, tras haber cometido varias agresiones sexuales tanto en su localidad como en Alicante. Pese a que tuvo investigaciones abiertas en el año 2005 y en 2009, fue en 2011 cuando el presunto violador empezó a incrementar la frecuencia de sus ataques a mujeres. El de ayer era el primer juicio que se celebraba en la Audiencia y ya estuvo señalado el pasado mes de mayo pero tuvo que suspenderse.

Los hechos juzgados ayer ocurrieron el 4 de diciembre de 2011 en el garaje de una comunidad de propietarios de Alicante, donde la víctima fue abordada por un hombre que la puso un cuchillo de enormes dimensiones en el cuello tras bajar de su coche. El agresor obligó a la mujer que despojarse de toda la ropa y, una vez desnuda le introdujo el pene en la boca. A continuación, llegó a penetrarla analmente apoyados sobre un vehículo. El modus operandi era muy similar al de otras agresiones que se imputan a este mismo acusado. Todas ocurrían en aparcamientos donde el agresor permanecía escondido para abordar sus víctimas y siempre con la misma mecánica sexual.

El presunto agresor sexual negó ayer ser el autor de la violación, aunque la víctima ayer le identificó como su agresor. A pesar de que éste intentó ocultar su rostro con una capucha pudo verle perfectamente el rostro. El abogado Ricardo Martínez, que lleva la defensa del presunto violador, planteó dudas sobre la autoría de los hechos y señaló que la víctima en un primer momento había identificado a otra persona como su violador. Sin embargo, los resultados de la prueba de ADN apuntaron a que los restos de semen recogidos de la víctima correspondían al acusado. La defensa pidió anular los análisis de la prueba genética al considerar que se había roto la cadena de custodia.

La Fiscalía reclamó ayer doce años de prisión por la violación y otro año de cárcel más por las secuelas psicológicas que sufrió la víctima. Los forenses han determinado que la mujer padeció un trastorno ansioso depresivo reactivo, que le ha dejado estrés posttraumático crónico como secuela. Sin embargo, la fiscal retiró la acusación por robo con violencia, por la que pedían cuatro años más. El presunto agresor había exigido a la mujer que le diera el teléfono móvil y huyó con él, cuando ésta le abrió la puerta del garaje. Para retirar esta acusación, el ministerio público consideró que la víctima recuperó el teléfono poco después al encontrarlo abandonado en las inmediaciones y el único propósito era evitar que llamara para pedir auxilio en el momento en que se dio a la fuga.

El presunto violador fue increpado por la víctima y personas de su entorno a su salida de la sede judicial. A primera hora de la mañana, la víctima llegó justo en el preciso momento en que los vehículos policiales dejaban al detenido en los calabozos del edificio y ésta quiso esconderse en la cabina de seguridad de la Guardia Civil para no verle. Sin embargo, una vez finalizada la vista oral, el grupo que le acompañaba decidió quedarse en la puerta de la Audiencia para presenciar la salida del detenido. Ante el temor de que pudieran registrarse incidentes, la Policía decidió sacar al detenido por una salida lateral del edificio aún en obras. El detenido fue recibido por el entorno de la víctima al grito de «hijo de puta» y «te van a violar en la cárcel».

En las próximas semanas irán llegando a la Audiencia otras causas por hechos similares en los que se piden idénticas penas registradas en garajes de ambas ciudades.