Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Adictos al riesgo

Más de la mitad de los condenados por delitos de tráfico tienen problemas de impulsividad

¿Personas sorprendidas de forma casual al volante en un control de tráfico o adictos al riesgo? Un estudio de la Audiencia Provincial de Alicante entre condenados por delitos relacionados con la seguridad vial ha revelado que más de la mitad presentaban problemas de falta de control de los impulsos y búsqueda de nuevas sensaciones. El estudio se realizó entre un grupo de condenados a cursos de reeducación en materia de tráfico y que se sometieron voluntariamente a una encuesta destinada a detectar este tipo de conductas. «Detrás de estos conductores podrían existir trastornos de conducta y lo que se ha tratado es buscar este tipo de problemas», explicó a este diario Pablo Cuéllar, uno de los responsables de la Oficina de Medidas Alternativas a la Prisión de la Audiencia. Los responsables del estudio proponen separar a estas personas en grupos diferentes para que sean sometidos a un programa individualizado, ya que los mensajes alertando de los riesgos de la conducción imprudente «pueden resultar hasta contraproducentes».

Cuéllar explicó a este diario que «hay veces en que nos encontramos ante un problema médico y por muchas multas y pérdidas de puntos de carné que se apliquen no se consigue nada si no se ataja la verdadera causa». Los responsables de la Audiencia de Alicante quisieron trasladar a sus condenados el estudio que realizó el Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, donde cuatro de cada diez conductores condenados tenían un trastorno de atención e impulsividad que podría provocar una conducción deriesgo. En el estudio realizado por la Audiencia de Alicante el porcentaje supera el 50% de los condenados. La encuesta se efectuó entre un total 38 infractores, de los que uno era una mujer, con edades comprendidas entre los 19 y los 57 años, siendo el grupo más numeroso el de la franja de edad de entre 30 y 40 (el 39,5 por ciento). El 73,7% de los encuestados es de nacionalidad española y un 55,3% eran solteros. El delito que más habitualmente se comete al volante es la conducción bajo los efectos del alcohol. Los otros dos delitos por los que los conductores pueden ser condenados sin necesidad de que se hayan visto implicados en algún accidente es el exceso de velocidad y no tener permiso de conducir.

Decisiones rápidas

En las conclusiones del estudio se alerta de que «el nivel de impulsividad presentado por la muestra es bastante elevado». Las variables de puntuación más altas de los tests están relacionadas con la toma rápida de decisiones (un 55,3%). «La tendencia a tomar decisiones rápidas afecta negativamente a la conducción. (...) Pensemos por ejemplo en un conductor que decide, de manera rápida llevar a cabo un adelantamiento en una vía de doble sentido y sin sopesar todos y cada uno de los elementos durante el tiempo necesario para poder llevarlo a cabo con seguridad».

Un 52,7% de los encuestados mostraron tendencia a tomar decisiones rápidas sin pensar. «Quizá sea éste el punto en el que mejor se observe la influencia negativa de la impulsividad en la conducción, sobre todo si va ligada a conductas de riesgo», dice el informe en sus conclusiones. «Resultará difícil que perciba el peligro de la conducción por encima de la velocidad permitida o de la toma de sustancias previas a la misma, si no razona los posibles riesgos a los que se expone haciéndolo», señala.

Asimismo, la mitad de la muestra tiene también problemas de impulsividad no planeada que supone una falta de previsión de futuro «que puede llevar al sujeto a realizar actos imprudentes tan simples como no ponerse el cinturón de seguridad».

Por último, en lo referente a la búsqueda de sensaciones las puntuaciones más altas se dan en todo lo referente a conductas con un afán de excitación y desinhibición, que llegan al 71,1% de la muestra. El estudio concluye que estas personas tienen un riesgo mayor de repetición de los comportamientosimprudentes.

La muestra ha detectado también una tendencia a negar por parte de los encuestados sus tendencias impulsivas. «No sabemos si esto es debido a un sesgo de deseabilidad social o sencillamente se debe a que este comportamiento pasa desapercibido para ellos o lo consideran algo normal», puntualiza.

El personal de la Audiencia alerta de que las campañas de Tráfico convencionales pueden resultar hasta «nocivas» para estas personas porque «podrían estimular a los buscadores de sensaciones a involucrarse más en comportamientos de riesgo». Por este motivo, defienden el deber de adaptar los programas de intervención con delincuentes a las necesidades de estos colectivos de infractores que «no responden a la intervención convencional».

Desde la Audiencia se incide en que la detención de este tipo de casos debe de ser prioritaria a la hora de establecer las líneas de actuación en material de seguridad vial. Por este motivo, el estudio concluye que «el modelo de intervención en condenados por estos delitos debería evolucionar de la intervención en bloque sobre el total de sujetos a la intervención en grupos separados, en función de sus características y rasgos que exijan una mayor atención o que sugieran una probabilidad significativa de riesgo de reincidencia».

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.