El hombre cuyo cadáver fue localizado descuartizado en dos maletas el pasado julio en las lagunas de Rabasa, en Alicante, habría convivido en algún momento con el detenido como presunto autor de su muerte, un ciudadano de origen ruso que desde el lunes permanece en los calabozos de la comisaría provincial junto a los otros tres arrestados por estos hechos a la espera de que hoy sean puestos a disposición judicial. Además de él fue detenida su novia, de la misma nacionalidad, y dos ciudadanos ecuatorianos, los tres en calidad de cómplices o encubridores.

Los dos ecuatorianos son hermanos y de edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, algo más jóvenes, aunque no mucho, que el supuesto autor.

Aunque el asunto permanece bajo secreto de sumario, que hoy podría levantar la juez tras las comparecencias de los arrestados, este diario ha podido saber que la pista que condujo de la víctima, un ciudadano búlgaro, a su supuesto verdugo fue el hecho de que en algún momento compartieron vivienda.

Laboriosa investigación

Desde el pasado julio, cuando unos chavales que estaban nadando en las lagunas de Rabasa alertaron de la presencia de las maletas, hasta las detenciones llevadas a cabo el lunes en el barrio del Pla de Alicante, los agentes encargados del caso han llevado a cabo una laboriosa investigación de la que hoy está previsto que se faciliten los pormenores.

Los investigadores sostienen que el crimen se cometió en Alicante y que, una vez troceado el cuerpo e introducido en las dos maletas, fue trasladado hasta las lagunas.

El móvil del crimen no ha trascendido, aunque la principal hipótesis de la investigación es que una brutal pelea acabó con la vida de la víctima. En el momento en que los restos fueron encontrados, todo apuntaba a que éstos llevaban semanas flotando en el agua, ya que los jóvenes que realizaron el descubrimiento, que eran asiduos de la zona ya que se bañaban habitualmente en este paraje, explicaron en su día que las bolsas estaban en la laguna desde antes de las Hogueras, dentro del agua entre un carrizal, y desprendían un fuerte olor por la descomposición.

En la identificación de la víctima, otro de los escollos de la investigación, tampoco ayudó mucho el hecho de que estuviera totalmente desnuda e indocumentada. Para dar con su identidad una de las líneas de investigación fue la de ir buscando en las bases de datos de personas desaparecidas. Durante el pasado verano, los investigadores pudieron dar con la identidad del cadáver y han obrado con sumo sigilo para evitar dar pistas a los sospechosos que les permitieran eludir la acción de la Justicia.

El crimen conmocionó el pasado verano a la ciudad, mientras que los equipos forenses tuvieron que estar trabajando en las lagunas de Rabasa durante dos días, a fin de que no se escapara ninguna prueba. En la segunda jornada y tras el examen de las dos bolsas los investigadores concluyeron que tenían todo el cadáver y no tenían que seguir buscando más bolsas.

Alguno de los detenidos habría declinado declarar ante la Policía.