El arrestado en Teulada tiene un parecido innegable con el líder de Al Qaeda Osama Bin Laden y durante los años que vivió en Alemania, donde ejercía de imán en una mezquita de Múnich, era confundido con el terrorista. El propio Shashaa explicó en un artículo de Süddeutsche Zeitung que tenía que pasar regularmente por la estación central de trenes y no paraban de identificarle, por lo que un día decidió colgarse un cartel alrededor del cuello que decía «No soy Bin Laden». Sobre la denuncia por violencia doméstica de una de sus mujeres, que le supuso estar en prisión 79 días antes de que ella dijera que se lo había inventado, el caso acabó con una condena de 9 meses a la esposa por falso testimonio.