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La juez no ve delito en el desplome de un ascensor que causó graves lesiones a dos mujeres en Alicante

La magistrada cierra el caso porque dice que no está claro qué provocó que el elevador se precipitara en caída libre unos dos metros

Ana (a la izda) y Paloma frente al edificio de la Plaza de la Montañeta en el que viven, y donde se produjo el siniestro, en una imagen de noviembre del año pasado. RAFA ARJONES

Cuatro años después de que el desplome del ascensor desplome ascensor en el que viajaban dejara a Paloma parapléjica y a Ana con graves problemas de movilidad y dolores constantesparapléjica problemas de movilidad después pasar ambas por un rosario de intervenciones, la juez que instruye el caso ha resuelto darle carpetazo. La magistrada entiende que como la investigación no ha dejado claro qué provocó que el elevador se precipitara, no se puede reclamar responsabilidad penal y que, en todo caso, ahí tienen la vía civil por si quieren acudir como perjudicadas.

Una decisión que los abogados de las víctimas han recurrido a la Audiencia, a la que piden que el asunto llegue a juicio. Los letrados sostienen que fue la falta de revisiones y de mantenimiento lo que en definitiva hizo que el ascensor cayera desde la planta séptima, donde lo tomaron, hasta unos 12 centímetros por encima de la sexta. Apenas unos metros pero que, debido a la brusquedad del impacto al activarse los frenos que evitaron su caída al vacío, postraron para siempre a Paloma en una silla de ruedas, tras partirle la espalda en dos, y ataron a Ana a un andador con el que se desplaza desde entonces. El golpe también les destrozó las rodillas a ambas, además de la vida.

Todo eso ocurrió el 8 de mayo de 2013 en un ascensor al que la empresa encargada de su mantenimiento, Thyssenkrupp Elevadores SLU, había dado luz verde para su uso apenas media hora antes tras varias semanas de trabajos de acondicionamiento. Se trata de la misma mercantil que se ocupaba de las revisiones del elevador en el que una pareja de adolesentes ha perdido la vida en Madrid esta misma semana.

Las dos mujeres afectadas, que cada año por estas fechas se marchan de Alicante para que el aniversario de su tragedia les pille lejos del lugar donde se produjo, presentaron una denuncia por un delito de lesiones imprudentes de las que hacen responsable tanto a Thyssenkrupp como a la fabricante del elevador, Zardoya Otis S. A, y a la propia comunidad de propietarios del inmueble, situado en la plaza de la Montañeta de Alicante.

Pese a que las fotografías aportadas por los representantes legales de Paloma y Ana no denotan un mantenimiento muy exhaustivo, a juzgar por la suciedad que presentaba el engranaje del elevador, la juez no cree que se le pueda atribuir a esto la rotura de la corona que ella apunta como la causa más probable del desplome.

En su opinión, «no existen indicios suficientes no ya de una imprudencia grave, esto es, de la omisión de las más elementales normas de previsión y cuidado, sino que ni tan siquiera se constata el olvido de los normales deberes de cuidado exigibles (...) sin que el genérico incumplimiento de la obligación de mantener el ascensor en correcto funcionamiento y garantizar la seguridad de los usuarios que apunta el perito de la acusación particular sea suficiente para mantener una imputación penal». Y si no es responsable la empresa, tampoco puede serlo la comunidad de propietarios, viene a decir la juez.

Los apelantes sostienen que «nunca se debió haber permitido el funcionamiento del ascensor hasta asegurarse de que se encontraba en las correctas condiciones de uso» y, citando un informe pericial, aseveran que «fue la falta de limpieza la que originó la traba del contrapeso que posteriormente provocó la rotura de la corona».

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