Los Bombers de Palma han hallado esta tarde los cadáveres de una mujer de 42 años y su hijo de 13 años en su domicilio de la ciudad. La Policía Nacional está investigando los hechos. Los bomberos han acudido a la vivienda sobre las cuatro y media de la tarde, tras ser alertados por el padre del menor. El hombre ha explicado que veía en una habitación, a través de una rendija, los cuerpos inmóviles sobre una cama y percibía un fuerte olor a quemado. La estancia estaba cerrada a conciencia por dentro, por lo que el progenitor no podía entrar y temía que algo malo les hubiera ocurrido. La Policía cree que se trata de un suicidio ampliado: la mujer habría manipulado un brasero para que la combustión fuera mala y de este modo causara su propia muerte y la del niño. De este modo, ambos habrían muerto intoxicados por monóxido de carbono.

Los hechos han ocurrido en el número 4 de la calle Gabriel Maura, en Palma. Al lugar han acudido patrullas de la Policía Local de Palma, Policía Nacional, los servicios sanitarios del 061 y dotaciones de bomberos, que han abierto las ventanas de la vivienda para ventilar la estancia. Los policías han tenido que derribar la puerta de la habitación en la que se encontraban los cuerpos, ya que estaba atrancada por dentro. Los cadáveres no presentaban signos externos de violencia.

El Grupo de Homicidios de la Policía está investigando las circunstancias en las que han fallecido las dos víctimas. Los agentes manejan como principal hipótesis que se trata de un suicidio ampliado. La fallecida se había separado del padre del menor hacía poco tiempo, y, al parecer, había amenazado con suicidarse en varias ocasiones. El hecho de que la puerta del dormitorio estuviera bloqueada por dentro, la posición de los cuerpos sobre la cama y el hallazgo de un rudimentario brasero de carbón tapado con una manta, lo que provoca una mala combustión, avalan esta tesis. Así, la madre habría acabado con la vida de su propio hijo y provocado su propia muerte de forma intencionada al intoxicarse con los gases.

Los agentes están a la espera de los resultados de la autopsia para confirmar esta línea de investigación y esclarecer si el menor estaba sedado o dormido cuando se intoxicó. La Policía Científica está llevando a cabo una inspección ocular de la escena para recopilar pruebas. Las primeras pesquisas apuntan a que la mujer y el adolescente llevaban varias horas muertos.