La Guardia Civil ha detenido en Muro de Alcoy a un español de 41 años y a un marroquí de 23 como presuntos autores del robo de dos toneladas de níquel y de 500 kilogramos de cobre, cuyo precio de mercado es cercano a los 18.000 euros pero que se vendieron por poco más de tres mil euros.

Los robos se produjeron de forma continuada durante un año en una fábrica téxtil de Muro de Alcoy y cuando los propietarios se dieron cuenta ya habían robado 2 toneladas de níquel y 500 kilos de cobre.

La empresa instaló unas cámaras de seguridad y en menos de un mes constataron que un hombre había entrado a la fábrica saltando el muro trasero hasta en seis ocasiones. La investigación ha revelado que el ladrón parecía conocerse la fábrica muy bien porque iba directo al almacén de material y después de sustraer una cantidad suficiente, accionaba el botón de una puerta metálica tras la que le esperaba otro hombre con un vehículo dispuesto para introducir la carga en su interior.

La Guardia Civil decidió establecer un operativo de vigilancia coordinada durante la noche, para interceptar a estos dos hombres y atajar definitivamente esta serie de robos. Esa misma noche cometieron el último de sus robos y tras cargar la furgoneta con 110 kilos de níquel, emprendieron la marcha sin saber que la Guardia Civil les estaba esperando unos metros más adelante.

Cuando se vieron descubiertos, intentaron emprender la huida a gran velocidad, pero un vehículo camuflado les interceptó teniendo que forzar una colisión entre ambos vehículos, para detenerle.

Con el vehículo inutilizado, emprendieron la huida a pie, aunque los agentes lograron darles alcance y, a pesar de la resistencia que opusieron, consiguieron detenerlos. Uno de los detenidos tuvo que ser sometido a una prueba de alcohol y drogas por los síntomas que presentaba y dio positivo en el consumo de cocaína.

Una vez identificados, los agentes descubrieron que uno de ellos, el español, era un ex trabajador de la fábrica, confirmándose así las sospechas de que cometía los robos conociendo de antemano donde se guardaba el material, no descartándose que comenzara a cometer los robos durante el tiempo que estuvo trabajando allí. En el momento de la detención llevaban en el vehículo 110 kilos de níquel.

Los robos, que habrían comenzado un año antes, se realizaban en pequeñas cantidades, aunque solo en el mes de febrero habrían cometido seis. Buena parte de lo robado lo vendió a una chatarrería de Cocentaina, obteniendo un beneficio económico de 3.310 euros tras entregar 674 kilos de níquel, 298 kilos de aluminio y 204 kilos de cobre en el periodo de un año.

Los dos detenidos, como presuntos autores de un delito continuado de robo con fuerza, fueron puestos por la Guardia Civil a disposición judicial y el juzgado decretó su libertad con cargos.