«Mientras la víctima intentaba huir de su agresor cubriéndose el costado donde tenía una puñalada con la mano, éste le seguía tranquilamente sin acelerar el paso y con el cuchillo en la mano, con total frialdad. Cuando ambos llegaron a la puerta, le degolló y con el cuerpo en el suelo comenzó a propinarle patadas en la cabeza». Éste fue el relato del crimen de Villafranqueza que hizo ayer durante el juicio la camarera que estaba trabajando en el pub donde se cometió el asesinato. La segunda jornada del juicio con jurado popular que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial estuvo marcada por los testimonios de las personas que se encontraban en el interior del establecimiento aquella tarde del 25 de febrero de 2017.

Familiares y amigos del joven asesinado en Villafranqueza increpan al acusado a su llegada al juicio

La familia del joven asesinado en Villafranqueza está "destrozada"

Rafael P. S. se encontraba sentado en el local viendo un partido de fútbol en la televisión con dos amigos, cuando el acusado Luis Ángel A. B. le abordó por la espalda y le apuñaló en repetidas ocasiones. La víctima tuvo fuerzas para levantarse y alcanzar la salida pero su agresor le remató allí mismo. Los dos habían sido amigos durante años, pero en los meses previos al crimen se habían distanciado. El acusado se había alejado del entorno de amigos y apenas iba con ellos. Algunos de estos amigos aseguraron ayer que el acusado tenía comportamientos violentos y era aficionado a meterse en broncas. «Le gustaba ver vídeos de imágenes espeluznantes de ejecuciones de yihadistas en los que degollaban a gente», declaró ayer uno de los jóvenes que estaban esa tarde con la víctima en el bar.

Este testigo aseguró que llegó a increpar a Luis Ángel para que dejara de apuñalar a su amigo. «Me miró y me dijo con el cuchillo en la mano: no te metas, Mario, que eso no va contigo». El joven aseguró que se quedó bloqueado y sin saber qué hacer. En ese momento, el acusado fue tras la víctima que trataba de marcharse.

Otro de los amigos que estaba sentado con ellos en la mesa aseguró que el acusado apareció de repente sin que tuvieran tiempo de reaccionar y propinó a la víctima un golpe por la espalda. Cuando ésta cayó al suelo vieron en el cuchillo. Ambos amigos aseguraron que mientras le acuchillaba, el agresor decía frases como: «Esto es por mi perro», «Muérete, muérete ya hijo de puta». El agresor acusaba a Rafael de haber intentado envenenar a su perro haciéndole tragar una piedra, hecho que desde el entorno del fallecido se niega tajantemente.

En el pub había en ese momento cerca de 25 personas. Cuando empezó la reyerta, la mayoría salió corriendo hacia la puerta que estaba en la dirección contraria. La camarera del local aseguró que «llegó un momento en que me quedé sola con los dos en el local». Según su testimonio, la víctima le pidió ayuda y ella llamó a la Policía mientras estaba tras la barra. La camarera llevaba un mes trabajando en el local y no conocía de nada hasta ese día ni al agresor ni a su víctima.

Uno de los momentos más tensos de la mañana se produjo durante la declaración de la madre del fallecido. Visiblemente alterada, con temblores se lamentaba de que el acusado «ha quitado la vida a mi hijo por nada, por la cara. Me ha destrozado la vida». El fallecido vivía con su madre y la ayudaba económicamente. La mujer negó tajantemente que su hijo hubiera hecho algún mal perro del acusado y aseguró que éste le mató porque «siempre había tenido celos de él».

El juicio se reanudará el jueves con la declaración de los peritos, donde se tratará de dilucidar si el acusado padece algún tipo de trastorno mental que atenúe su responsabilidad. Un informe del psiquiatra forense concluía que éste sufría trastornos paranoides.