La dueña del perro muerto de hambre a finales de mayo en El Campello declaró ayer ante la magistrada del juzgado de Instrucción número 9 de Alicante que dio de comer con normalidad al animal hasta que tuvo un episodio de malos tratos en la vía pública con su expareja el 11 de mayo y tras denunciarle vivió un proceso de nervios y ansiedad, según fuentes de la defensa y de la acusación popular ejercida por asociaciones animalistas.

El juzgado acordó, a petición del abogado defensor de la mujer investigada por maltrato animal, Julio de Lucas, que se realice un informe de imputabilidad a la dueña del perro. Según la defensa de la mujer, no actuó de «mala fe», sino que sufrió un trastorno y estaba «desbordada emocionalmente» por el episodio de malos tratos con su expareja. De Lucas precisó que la relación de la pareja se cortó en febrero y desde esa fecha hasta el incidente de mayo el animal estuvo cuidado perfectamente, según la declaración de la dueña. La propietaria también precisó en el juzgado que el can no era de su excompañero, sino de los dos, por lo que no se trató de una venganza contra él.