Tarjeta roja a la violencia en el deporte. La Audiencia de Alicante ha condenado a cuatro personas por liarse a puñetazos tras un partido de fútbol infantil entre el Hércules y el Kelme. Se trataba de la familia de uno de los jugadores contra los familiares del árbitro, que también era menor, y a quien agredieron por su intervención. Un hecho que en su día tanto los dos clubs deportivos lamentaron, así como los organizadores del evento que se estaba celebrando en Elda. La reyerta se ha saldado con penas de multa, mientras que al agresor que causó las lesiones más graves se le ha impuesto un año de cárcel, después de la conformidad alcanzada en la Audiencia entre la Fiscalía y los letrados de los implicados en los disturbios.

Dos de los implicados en la pelea son el padre y el abuelo de uno de los jugadores del Hércules que tras el encuentro se fueron a por el árbitro, menor de edad, y acabaron enzarzados a golpes con la familia de éste. Los otros dos condenados son el hermano y el padre del árbitro. Los cuatro han sido condenados al pago de una multa por un delito leve de lesiones, aunque al hermano del árbitro se le ha impuesto un año de cárcel porque en los golpes llegó a romper el brazo a uno de los adversarios.

El juicio se cerró con una conformidad en la Audiencia de Alicante en la que los acusados reconocieron los hechos y pagaron el dinero de la indemnización que les pedía la Fiscalía.

Los hechos ocurrieron sobre las 14.00 horas del 11 de junio de 2016 en el campo de fútbol de las Simat de Elda, donde se acababa de disputar un partido entre los equipos infantiles del Hércules y el Kelme. Un encuentro que saldó con la derrota del Hércules con el resultado de 2-1 y que supuso la eliminación de este equipo de la cuarta edición del Torneo Nacional de Fútbol Base «Fernando Tomás Pérez».

El padre y el abuelo de uno de los jugadores del Hércules estaban esperando al árbitro a la salida de los vestuarios, según declara probado el fallo, al no estar conformes con el resultado. El árbitro, que contaba con 17 años, salía acompañado por su hermano y por su padre para ir al aparcamiento de las instalaciones y comenzó a ser increpado por la otra familia. Comenzó así una discusión que fue subiendo de tono hasta acabar en una pelea a puñetazo limpio, en la que tuvieron que intervenir varias dotaciones de la Policía Local y la Policía Nacional, así como a una ambulancia de la Cruz Roja para atender a los heridos.

La Audiencia de Alicante considera probado que se trató de una riña mutuamente consentida en la que unos a otros se dirigieron golpes. En primer lugar, el abuelo comenzó a zarandear al árbitro y le propinó varios golpes en la cabeza. Esto provocó la reacción de su hermano que lanzó un puñetazo al agresor que le tiró al suelo. Mientras, los padres del jugador y del árbitro también se empujaban y se intercambiaban varios golpes.

Testigos que se encontraban en las proximidades les separaron, mientras se avisaba a la Policía para que interviniera.

La mayor pena ha sido para el hermano del árbitro que provocó una fractura en el brazo izquierdo de su oponente, así como tres cicatrices en la frente, que están consideradas como lesiones con deformidad. Inicialmente se le pedían hasta tres años de prisión y tres meses de prisión. Con el acuerdo alcanzado con la Fiscalía se ha quedado en un año de cárcel, al considerar que había una atenuante de reparación del daño porque antes del juicio se pagó el dinero de la indemnización. Con esta pena no tendría que ingresar en prisión y procedería que se le suspendiera al carecer de antecedentes penales.

A los cuatro implicados en la pelea se les condena por un delito leve de lesiones por lo que se les impone una multa de un mes con una cuota de seis euros al día, 180 euros.