Alysson O., transformista brasileño de 24 años, ingresó ayer en el centro penitenciario de Asturias como presunto autor del homicidio de su compatriota Paloma Barreto, una mujer transexual de 38 años que recibió dieciocho puñaladas, una al menos de mortal necesidad que le perforó la arteria aorta con un cuchillo largo en una casa de citas de Avilés. El joven negó los hechos ante la magistrada del Juzgado de primera instancia e instrucción 3 de Avilés, que decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza. La Policía seguía buscando anoche el arma con el que se cometió el crimen.

El detenido negó haber visto el cadáver que halló la limpiadora del piso el sábado alrededor de las cuatro de la tarde -víctima y supuesto agresor tenían alquiladas habitaciones el mismo día y en el mismo piso- y dijo que partió a León, donde fue detenido el domingo. «Fue a León el viernes por la noche», según explicó su letrada, la ovetense Laura María Riesgo. La abogada indicó que Alysson O. tenía su residencia fija en la capital leonesa. Si bien, al igual que Paloma Barreto, que tenía su domicilio en Alicante, se movía por todo el país mediante el «sistema de plazas», como se llama al alquiler de habitaciones para servicios sexuales.

El joven brasileño manifestó ante la jueza que no mantenía ningún tipo de relación sentimental con la víctima: «No eran pareja, tenían una relación laboral, cada uno con sus clientes, y se conocían desde hacía poco tiempo del mundo de la prostitución», precisó la letrada. Allyson prestó declaración pasado el mediodía con la ayuda de un intérprete y fue alrededor de las tres de la tarde cuando la jueza ordenó su ingreso en prisión. «Dicen que hay pruebas suficientes», manifestó la letrada ovetense, que aún no tiene acceso al auto al estar decretado el secreto de sumario por el juzgado de Instrucción 2 de Avilés, que llevará el caso.

Compañero de piso

Por contra, el compañero de piso de la víctima en Alicante aseguró ayer a este diario que «Paloma y Alysson eran novios. Él lo va a negar todo. Paloma se encaprichó de él porque era de nuestra ciudad, Porto Alegre», indicó ayer Eduardo, convencido de que el joven brasileño que entró ayer en prisión provisional es el «asesino». Para afirmar eso se basa, dice, en que «hay restos de piel suya en las uñas de Paloma y es de él». Eduardo hablaba por teléfono diariamente con Barreto durante sus ausencias de Alicante. Eso sí, esa situación cambió cuando «conoció a este chico». «Últimamente, Paloma me llamaba cuando estaba sola porque él se ponía celoso, no se fiaba de mí. Le llegué a decir que si ya no le importaban los tres perritos que tenemos», abundó. «Le pregunté si necesitaba dinero y me comentó que estaba trabajando bien, todos los días», añadió. La última llamada que Eduardo hizo a Paloma fue el viernes a las 17.30 horas.

Según su testimonio, la víctima y el sospechoso estaban juntos en Avilés. En esa última conversación, hablaron de que Alysson estaba buscando alguien para casarse «para un matrimonio de conveniencia porque no tenía papeles». En esa conversación, «los dos se reían». Y a las 20.31 horas, el móvil de Eduardo recibió un mensaje de Whatsapp procedente del móvil de Alysson tan solo con una ubicación de la casa donde después se halló el cadáver.