«Este iba a ser el último viaje de Paloma como prostituta. Se marchó de Alicante llorando y su intención esta vez era hacer un pequeño tour por el Norte para ganar algo de dinero y montar por fin una peluquería canina. Ahora está muerta», lamenta Johanna Márquez Brito, una peluquera del centro de Alicante que era vecina y también amiga de Paloma Barreto, la mujer transexual brutalmente apuñalada en Avilés. La familia de la víctima ha enviado un poder a Márquez para que se haga cargo del cuerpo. «La Policía nos ha dicho que, por el momento, no lo podemos repatriar ni incinerar», explica.

El cadáver está aún en Asturias, y sus amigos alicantinos han iniciado una campaña en internet -también con huchas en negocios de Alicante- para que Paloma Barreto tenga «un funeral digno». «Su familia es muy humilde y no tiene recursos para hacer frente a estos gastos. Además, su madre está en shock, no puede ni siquiera ponerse al teléfono», explica Márquez Brito, que está en contacto directo con la familia brasileña de Paloma Barreto, que deja también dos hermanos y una hermana. Ayer por la tarde, ya habían recaudado alrededor de 1.200 de los 6.243 euros que les pide una funeraria asturiana por el servicio fúnebre.

«La Policía nos ha dicho que no podemos trasladar el cuerpo a Brasil ni incinerarlo, así que queremos traerlo a Alicante. Aquí hizo el curso de peluquería, aquí decidió salir de esa vida que llevaba... Ella sufría mucho», precisa su amiga, hecha un mar de nervios. Porque su peluquería es ahora el punto de encuentro de los amigos de Paloma Barreto, de la que destacan por encima de todo su amor por los animales. Tanto es así que un deseo de sus allegados es enviar sus mascotas a Brasil, a casa de su hermana, en homenaje a una mujer «que jamás los quiso separar». «Pero eso lo haremos más adelante. Ahora la prioridad es darle sepultura a nuestra amiga como se merece», concluyó.