La Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 3 de Llíria investigan si el acoso y las burlas han sido el detonante para que una joven transexual de Llíria se quitase la vida el pasado miércoles por la tarde. Los agentes del equipo de Policía Judicial de la capital del Camp de Túria ya han iniciado los trámites para citar como testigos a amigos, compañeros de estudios y familiares, para ver hasta qué punto la presión por su condición sexual que sufría por parte de un sector de su entorno más inmediato pudo ejercer de detonante a la hora de tomar la decisión de quitarse la vida.

La joven, que llevaba tiempo en tratamiento y ya había dado los primeros pasos para afrontar el cambio de sexo tras cumplir los 18 años, se quitó la vida el martes, tras quedarse sola en casa de una amiga con la que estaba pasando la tarde, en Llíria.

Horas después de producirse la muerte, numerosas personas expresaron en distintas redes sociales -principalmente WhatsApp, Facebook e Instagram- su solidaridad con la chica y con su familia, y criticaron las mofas de las que estaba siendo objeto la joven.

De hecho, este diario ha podido comprobar la sucesión de insultos, burlas y críticas que la joven llevaba meses soportando cada vez que colgaba en alguna de sus redes sociales vídeos y fotografías haciendo lo que más le gustaba: reproduciendo canciones de sus artistas preferidos. La joven era una gran seguidora del talent show La Voz.

Una vez conocidas esas sospechas de acoso, la jueza y la Guardia Civil buscan testimonios, sobre todo de sus amigas más cercanas, para poder averiguar si esa presión ejerció como detonante para que pusiese fin a su vida, algo que hizo en un momento en que se quedó sola, porque su amiga se ausentó unos minutos de casa para ir a hacer un recado.

Además, se investigará si son ciertas las agresiones en su entorno reveladas por algunos allegados, y que habrían tenido su origen, precisamente, en su decisión de cambiar de sexo.

La Guardia Civil también rastreará los comentarios en las redes sociales de la joven, principalmente en Facebook y en Instagram, en los que recibió insultos y mofas en relación con su transexualidad. Algunos de esos comentarios datan de hace más de un año, lo que demuestra que llevaba mucho tiempo sufriendo esa situación.

Si los agentes consiguen demostrar la relación entre el acoso y la muerte, el caso podría terminar siendo instruido como un delito de odio.