Un posible homicidio por imprudencia. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación del trágico suceso ocurrido la tarde del pasado viernes en un campamento religioso de Benifallim. Un menor de 12 años falleció a causa del vuelco de un remolque, y otros dos de 13 años resultaron heridos por el mismo motivo. La Benemérita se personó horas después de lo ocurrido en las instalaciones para realizar inspecciones oculares y tomar unas primeras declaraciones a los implicados en el siniestro. Tal y como pudo confirmar este diario, declaró el conductor del vehículo implicado en calidad de investigado por un supuesto delito de homicidio por imprudencia. Según los hechos confirmados, los menores iban sobre este remolque, unido a un todoterreno, y que volcó mientras circulaba por el interior del recinto durante las primeras horas de la tarde del viernes.

Los equipos de emergencia se personaron en el lugar de los hechos y atendieron a dos menores, ambos de 13 años, con diversas fracturas de carácter leve. Sin embargo, el otro niño de 12 años mostraba heridas de gravedad y precisaba acudir urgentemente al hospital. Fuentes municipales indicaron que la intención de los sanitarios era la de trasladar al niño en helicóptero. Pero debido a problemas con el aterrizaje por falta de luz y visibilidad, tuvo que ser evacuado en ambulancia, al igual que los otros dos heridos, al hospital de Sant Joan. El niño malherido murió en el centro sanitario, mientras los otros dos continúan ingresados.

La Unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil continuará con la investigación para confirmar en qué circunstancias se produjeron los hechos. De momento, los test de alcoholemia y de sustancias estupefacientes realizadas a los implicados han dado negativo, y el equipo de investigación de la Benemérita de Sant Joan ha acudido durante las últimas horas para elaborar varios exámenes en las pistas polideportivas, donde supuestamente ocurrió el trágico suceso.

Campamento de verano

Fuentes municipales consultadas por este periódico afirmaron que estas instalaciones suelen estar cerradas en invierno, puesto que ser trata de un campamento de índole religiosa que desarrolla la mayoría de sus actividades en los meses de verano. Sin embargo, este fin de semana, un grupo de personas habían solicitado al dueño del recinto poder pasar un fin de semana entre varias familias.

La tragedia ocurrió cuando los particulares llevaban pocas horas en el campamento localizado en plena montaña, entre los municipios de Benifallim y La Torre de les Maçanes. Ayer, el resto de menores, un total de ocho, aún estaban en el recinto hasta el mediodía. Hacía las 13 horas abandonaron las instalaciones junto a tres adultos y en varios coches. Ninguno de los presentes quiso hacer declaraciones al respecto e impidieron el paso a los medios de comunicación al tratarse de una propiedad privada. Los niños estuvieron ayer en las mismas pistas jugando donde había tenido lugar el siniestro horas antes.

Según la información facilitada sobre el lugar, este emplazamiento tiene sedes en las ciudades de Lleida y València.