La declaración de uno de los mayores rivales políticos de Juan Cano centró ayer la novena sesión del juicio con jurado por el asesinato del alcalde de Polop Alejandro Ponsoda. Su comparecencia tuvo que suspenderse el lunes a causa del temporal y el testigo era Juan Andrés Llorens, el que fuera responsable de la concejalía de Urbanismo entre 2003 y 2007. Justo los años en que Cano, acusado de ser el inductor del crimen, estuvo apartado del Ayuntamiento polopino al ser denunciado por un empresario que decía tener una grabación de éste y otro edil intentando extorsionarle.

El paso de Llorens por Urbanismo le causó numerosos encontronazos con Cano, según explicó este testigo. «No me parecía lógico que pretendiera seguir controlando el área urbanística desde fuera, a través de una gerencia, haciendo y deshaciendo a su antojo», aseguró el exedil, quien directamente tildó de «intento de golpe de Estado» las maniobras de su compañero de partido para poner en marcha esta oficina, hasta el punto de que tuvo que destituir a dos técnicos municipales que despachaban directamente con Cano «por falta de rigor» en sus informes.

Llorens no escondió ante el tribunal que sus relaciones personales con Cano eran «muy malas» y concretó a preguntas del jurado que «me odiaba» porque no le había dejado hacer lo que quería. El exconcejal de Urbanismo señaló que fueron Julio de España y José Joaquín Ripoll quienes desde la dirección del partido en Alicante decidieron relegar a Cano a los últimos lugares de la lista en las elecciones municipales de 2003 y explicó que tras los comicios éste presionó a Ponsoda para poner en marcha la gerencia. «El alcalde dejó la decisión en mis manos y me opuse porque el responsable último de todo lo que hiciera Cano iba a ser yo», explicó. Según declaró, Ponsoda trataba de evitar los conflictos y tenía un carácter pacificador. Por esa tendencia de evitar los enfrentamientos, el exedil admitió que nunca había visto escenas de enfrentamiento entre Cano y Ponsoda.

Según Llorens, en el año 2005 Cano intentó de nuevo poner en marcha la gerencia y tomar de facto posesión de la concejalía. «Tuve que meter documentación bajo llave por usos indebidos de la información del catastro», explicó. La situación llegó al punto de que desapareció documentación del Ayuntamiento. «Cano iba con asiduidad para presionar para que se tomaran decisiones de cosas que se habían quedado pendientes», aseguró. Durante su declaración citó dos actuaciones urbanísticas concretas, el PAU1 y el llamado Convenio Zurutuza. Por estos motivos, no tuvo duda en asegurar que el móvil del asesinato de Ponsoda había sido urbanístico.

Llorens explicó que en el año 2007, Cano logró volver a los primeros puestos de las listas electorales, una situación que achacó al hecho de que desde la dirección del PP estaban más preocupados por las candidaturas en otras poblaciones más conflictivas en pleno enfrentamiento entre campistas y zaplanistas. Llorens reiteró ayer que Cano «es una persona vengativa» y que «el que se la hace se la paga». Sin embargo, durante su declaración el testigo midió sus palabras, después de que tras comparecencias anteriores Cano le llevara a los tribunales, acusándole de falso testimonio.

Causa urbanística prescrita

Ayer tenía que haber comparecido María Dolores Zaragoza, la persona que sucedió a Juan Cano al frente de la Alcaldía a finales de 2009 tras su detención por el asesinato, pero la exprimera edil falleció el pasado verano. Al frente de la Corporación, Zaragoza llegó a personarse como acusación particular en la causa abierta por los presuntos manejos urbanísticos de Cano pero estas diligencias acabaron archivadas porque los hechos estaban prescritos.

Ayer comparecieron también otros testigos de la defensa de Juan Cano, entre cargos del PP y del Ayuntamiento, que aseguraron que la idea de poner en marcha la gerencia de Urbanismo fue una iniciativa del propio Ponsoda. Entre ellos, Francisco Narbó de la comisión ejecutiva del PP polopino, que aseguró que «Ponsoda no se fiaba de Llorens». Estos testigos aseguraron que la lista de las elecciones de 2007 en la que estaba Cano ganó por una amplia mayoría en el proceso interno para elegirla.

La Audiencia no puede conectarse con Bruselas

Las defensas han renunciado a la comparecencia por videoconferencia desde Bruselas de uno de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que participó en las pesquisas al ser incompatibles los equipos de la Audiencia de Alicante con los de Bélgica. Desde la Oficina del Jurado se han estado barajando todo tipo de soluciones técnicas durante esta semana ante la imposibilidad de que el funcionario viniera hasta Alicante para declarar por encontrarse de baja. Finalmente y después de que todas las partes renunciaran a interrogar a este testigo se desistió de la declaración.

El regidor asesinado tras las elecciones: «Estoy solo ante el peligro»

Otra exconcejal declara que Cano les dijo en relación a Ponsoda: «Estos son unos mierdas, el que manda soy yo»

Tras haber ganado las elecciones municipales de 2007 por cuarta vez, Alejandro Ponsoda aseguró a algunos de sus compañeros de partido afines que estaba «solo ante el peligro». Así lo declararon ayer en el juicio por el asesinato del alcalde polopino la exedil Vicenta Amparo Fuster y otro exresponsable de la agrupación local del PP, Juan Francisco Orts.

Vicenta Amparo Fuster, que estuvo en la Corporación entre los años 1995 y 2007, aseguró que Juan Cano empezó a tratarles de manera diferente a raíz de que la dirección del partido decidiera apartarle de las listas en las elecciones de 2003. Según relató, en una ocasión en que estaban en una cafetería de la población, Juan Cano entró acompañado de otra persona y le dijo: «Estos son unos mierdas, el que manda soy yo», expresión ante la que ella se molestó y se marchó.

Ayer testificó también otra amiga de Ponsoda, Isabel Loreto, que trabajaba en el servicio de ambulancias que prestaba asistencia en el municipio y que llegó a atender a la víctima nada más recibir los disparos. «Estaba consciente porque reaccionaba a lo que le decíamos», aseguró. La testigo aseguró que en el momento en que se llevaban a Ponsoda en ambulancia, Juan Cano hizo un comentario: «no será para tanto».

La testigo calificó a Alejandro Ponsoda como alguien «muy tranquilo, pausado, bastante confiado, pienso yo que demasiado, moderado y buen conversador». La relación entre ellos dos había sido de «casi como hermanos», aseguró. Isabel Loreto dijo que tras las elecciones se acercó a felicitar a Ponsoda y éste le respondió que mejor le diera el pésame. Explicó que Cano menospreciaba a Ponsoda por la forma de hablarle, aunque no recordaba ninguna frase en concreto. La mañana antes de ser asesinado, Ponsoda le dijo que tenía algo que contarle pero que lo haría por la noche porque no podía hablar.