Ya han pasado once años desde la desaparición de Marta del Castillo y su familia sigue una lucha encarnizada en los tribunales para que haga justicia. Todavía no hay rastro del cuerpo de Marta desde aquel 24 de enero de 2009, cuando la joven de 17 años salió de casa con unas amigas y nunca regresó.

Miguel Carcaño, su novio desde hacía unas semanas, confesó que ese día la mató de un golpe en la cabeza con un cenicero durante una discusión y después se deshizo de su cuerpo.

A lo largo de estos años su asesino confeso, condenado a más de 21 años de prisión, ha cambiado su versión varias veces. En un primer momento aseguró que arrojó el cadáver al río Guadalquivir, donde se ha rastreado en diversas ocasiones, sin éxito.

También se la ha buscado en el vertedero de Alcalá de Guadaira, en la Finca de la Rinconada y en una finca cercana al tanatorio de Camas, y nunca ha aparecido.

El Cuco, entonces menor, fue condenado a tres años de internamiento en un centro de menores. Contra él y su madre continúa una causa abierta por falso testimonio en el juicio por el asesinato de Marta en 2011, en el que los padres de Marta podrán personarse ahora como acusación particular.

Once años para una familia en la que parece haberse detenido el tiempo y que a día de hoy no ha recibido ningún tipo de indemnización ni ha logrado encontrar el cuerpo de su hija.