n «Valoren pruebas, no corazonadas, ni íntimas convicciones». La magistrada que preside el jurado, Cristina Costa, les entregó ayer el objeto del veredicto y les dio las instrucciones para afrontar la deliberación y dar una resolución fundamentada en el caso del asesinato del alcalde de Polop. En su alocución, la juez insistió en que el fallo debe estar lo suficientemente motivado para evitar que luego pueda tumbarse la sentencia en un recurso posterior, detallando en qué se basan de todo el procedimiento para llegar a esas conclusiones. «Yo aquí no opino. Ni quiero ni debo», precisó sobre la valoración de las pruebas.

La magistrada les insistió en criterios para evaluar declaraciones efectuadas por los testigos. En este sentido, ha incidido en que deben prestar atención a «lo que han dicho, cómo lo han dicho y si es congruente. Si hay contradicciones, si dudan, si lo que dicen es lógico, o algo absurdo. Y si tiene algún interés que no sea el contar la verdad. Ustedes lo han visto», señaló. En este juicio, uno de los principales pilares de la acusación es un testigo protegido a quien los procesados habrían encargado el asesinato.

La juez les indicó que si hay datos que corroboran aquello que ha declarado un testigo, «a lo mejor no determinan nada, pero eso puede hacerlo creíble». También les ha indicado que valoren la persistencia en el testimonio y les ha emplazado a que sepan separar lo que son opiniones de los hechos.

En caso de que el jurado tenga dudas, la juez ha insistido en que en el ordenamiento español prevalece el principio de presunción de inocencia y que son las acusaciones quienes tienen que probar la culpabilidad de los encausados.