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Una red de estafadores usó a 60 "mulas" para realizar transferencias de empresas por valor de 2,2 millones

La Guardia Civil de La Vila Joiosa recupera 800.000 euros y detiene a seis cabecillas de una organización

Una red de estafadores usó a 60 "mulas" para transferir 2,2 millones de empresas

Una red de estafadores usó a 60 "mulas" para transferir 2,2 millones de empresas

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Una red de estafadores usó a 60 "mulas" para transferir 2,2 millones de empresas P. Cerrada

Una red de ciberdelincuentes que operaba inicialmente desde la Marina Baixa y últimamente desde la provincia de Valencia utilizó a más de 60 "mulas" para realizar transferencias por valor de más de 2,2 millones de euros y estafar a cerca de medio centenar de empresas de España, Europa y Estados Unidos. La Guardia Civil de La Vila Joiosa ha desarticulado esta organización con la detención en la provincia de Valencia de seis españoles de entre 34 y 52 años y está considerada como el principal que se dedicaba en España a cometer estafas mediante el fraude cibernético conocido "man in the middle".

Los seis detenidos por la Guardia Civil de La Vila Joiosa han ingresado en prisión y los investigadores han logrado recuperar 800.000 euros del dinero defraudado y han bloqueado unas 150 cuentas bancarias. La Benemérita espera realizar decenas de detenciones de las personas usadas para recibir las transferencias y confía en recuperar más dinero conforme avancen las pesquisas.

La organización desarticulada se dedicaba a atacar las cuentas de correo electrónico de las empresas para obtener datos de facturas pendientes, cuentas bancarias y clientes potenciales. Una vez dentro del sistema informático, seleccionaban a uno de estos clientes y, tras hacerse pasar por la empresa real, les solicitan que el dinero sea ingresado en una cuenta diferente a la acordada, propiedad de la organización criminal. Una vez realizado el ingreso en estas cuentas fraudulentas, los estafadores fraccionan el dinero y lo reparten, por medio de pequeñas transferencias, a cuentas de "mulas económicas" (personas que abren cuentas a su nombre para recibir las transferencias) que luego acuden a extraer el dinero y se lo entregan a los estafadores a cambio de una comisión de entre un 5 y un 10 por ciento de la cantidad recibida.

Las pesquisas se iniciaron el pasado noviembre tras la denuncia de unos ciudadanos holandeses que habían sido estafados en la compra de una vivienda en La Vila Joiosa. Agentes de la Policía Judicial y del Área de Investigación de la Guardia Civil de La Vila se hicieron cargo de las pesquisas en estos seis meses han logrado arrestar a los responsables de la organización y han localizado a más de 40 empresas estafadas tanto en España como en otro países como Francia, Rumanía, Portugal y Estados Unidos. Entre las víctimas de la estafa hay laboratorios, cooperativas, colegios privados, hoteles, energéticas, transportes o, incluso, nóminas de particulares. Los investigadores han monitorizado y bloqueado 150 cuentas bancarias de diferentes entidades financieras.

El reto más importante al que se han enfrentado los agentes de la Guardia Civil de La Vila ha sido, sin duda, llegar hasta los cabecillas de esta estructurada y jerarquizada organización, la cual contaba con más de 60 personas a su disposición para hackear cuentas, distribuir el dinero y trata de evitar que se conociera su verdadera identidad. La organización contaba con una estructura de jerarquía piramidal, que hacía un fuerte uso de la disciplina y control interno y cuyos miembros se dividían en jefes, controladores de "mulas económicas", trama de falsificación de documentos y trama de logística y enlace con la cúpula asentada en el extranjero.

La función de los controladores de "mulas" era la de encontrar personas dispuestas a abrirse una cuenta a su nombre para recibir el dinero a cambio de un porcentaje. Miembros de la organización les acompañaban a los cajeros automáticos para asegurarse de que les entregaban el dinero en efectivo. Si éstas no eran capaces de sacar el dinero en efectivo en su totalidad o de transferirlo a las otras cuentas de la organización, la "mula" no cobraba su porcentaje.

Las "mulas" eran captadas entre personas con necesidades económicas, muchas de ellas agravadas con la situación actual del estado de alarma, que facilitaban sus datos personales a los controladores para la apertura y gestión de cuentas. De esta forma, la persona expuesta, la que corría el riesgo de cara a las autoridades, era siempre la "mula", nunca el controlador.

El jefe de la organización era informado de la cantidad económica procedente de la estafa y era él quien seleccionaba a una mula principal para que recibiera el dinero. A su vez, avisaba al controlador para que, en cuanto recibiera el dinero, lo distribuyera entre otras mulas.

Una vez que cada controlador tenía su parte del dinero en efectivo, aparecía la rama de apoyo y logística, quien recaudaba todo este efectivo, lo concentraba y se lo llevaba rápidamente al jefe, quien detraía las comisiones pertinentes y lo enviaba a la cúpula. En el caso de que el dinero fuera retenido por las entidades bancarias por sospechas de blanqueo de capitales, aparecía la rama de falsificación de documentos, quienes extendían falsos contratos mercantiles a nombre de las mulas para tratar de desbloquear el capital retenido. Si surgía algún problema con las "mulas" o los controladores (por ejemplo, que las cuentas no cuadraran, o si se quedaban con el dinero) lanzaban al "aparato de disciplina" de la organización, que acudía al lugar donde estuvieran estas personas o sus familias, para amenazarlas.

El pasado 6 de mayo la Guardia Civil de La Vila realizó las seis detenciones de los cabecillas en València y en Mistala. Todos ingresaron en prisión tras pasar a disposición judicial en La Vila por delitos de estafa, organización criminal, descubrimiento y revelación de secretos, blanqueo de capitales y falsedad documental.

En los diferentes registros domiciliarios se incautaron de cerca de 27.000 euros en efectivo, numerosos teléfonos móviles de última generación, agendas con anotaciones de las transacciones económicas delictivas y un vehículo.

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