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Un pederasta asume indemnizar a sus víctimas con 36.000 euros y 15 años de cárcel

El acusado, que presidía un club deportivo y una asociación juvenil en Alicante, se declara culpable de abusar de dos de los cinco menores que le denunciaron, de la elaboración de pornografía infantil y de la posesión de imágenes sexuales con niños

Un pederasta asume indemnizar a sus víctimas con 36.000 euros y 15 años de cárcel

El expresidente de un club deportivo de Alicante aceptó ayer una condena de quince años de prisión, el pago de indemnizaciones que suman más de 36.000 euros y multas por un importe cercano a los 20.000 por abusar de dos menores e intercambiar con ellos y otros tres más imágenes de contenido pornográfico. El juicio se cerró con un acuerdo en la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante al declararse culpable el acusado de los hechos que se le imputaban a cambio de una rebaja en más de la mitad de los 32 años de cárcel que le reclamaba la Fiscalía. El acusado está en prisión preventiva desde que fue detenido por estos hechos en octubre de 2018.

Para garantizar la intimidad de los menores, de entre doce y quince años de edad cuando ocurrieron los hechos, el juicio se celebró a puerta cerrada y con las víctimas aisladas en unas dependencias del edificio de la Audiencia Provincial para garantizar que no tenían contacto con el acusado ni con nadie de su entorno. Una de las víctimas ni siquiera se presentó a declarar. De todas maneras, con el acuerdo cerrado, no tuvieron que someterse a intensos interrogatorios sobre lo hechos y se limitaron a ratificarse en las denuncias que pusieron en su día. Solo uno de ellos estaba personado con acusación particular. El dinero de la indemnización para este menor, que tenía doce años cuando ocurrieron los hechos, alargó las negociaciones entre las partes, ya que su letrada, Pilar Albandea, pedía hasta 50.000 euros, mientras que la Fiscalía reclamaba 20.000 para todas las víctimas. La abogada de la defensa, Belén Gara, presentó un informe psiquiátrico realizado por un perito adscrito al juzgado en el que se diagnosticaba al acusado un «trastorno pedófilo» como consecuencia de haber sido víctima de abusos sexuales a los nueve años. Tras el acuerdo alcanzado ayer, éste será condenado por dos delitos de abuso sexual, cuatro de acoso, cuatro de exhibicionismo, posesión de pornografía infantil y utilización de menores para la elaboración de material pornográfico. Los delitos más graves suman los quince años de cárcel, mientras que el resto serán castigados con una multa. Asimismo, no podrá acercarse a ninguno de los menores durante un máximo de cinco años.

Certificado falso

Los hechos se descubrieron a raíz de que el acusado presentara un certificado falso de antecedentes por delitos sexuales ante el Ayuntamiento de Alicante para poder optar a subvenciones para las entidades que presidía, el Club Deportivo de Jóvenes Promesas de Alicante y Asociación Tots Junts, un colectivo deportivo juvenil dirigido a ayudar a menores en riesgo de exclusión social. Pero además desarrollaba otras actividades con las que tenía contactos con menores, ya que trabajó en el comedor escolar de un colegio de la zona norte de Alicante, donde también era responsable de actividades deportivas tras concluir el horario escolar. Asimismo, daba clases de programación y robótica a niños de entre 8 y 15 años.

La falsificación del documento puso de manifiesto que le constaba una condena de un año de cárcel por el uso de menores con fines pornográficos. La investigación desveló que el acusado se aprovechó de su cargo y contacto con menores de edad para intercambiarse imágenes íntimas y en algunos casos quedar con ellos para tener relaciones sexuales.

Con dos de los menores llegó a quedar, pero solo mantuvo relaciones sexuales con uno de ellos. Con el otro se estuvo besando y realizando tocamientos, mientras que con un tercero concertó un encuentro pero fue el propio procesado el que no se presentó. Con los tres, así como con otros dos más, llegó a intercambiarse fotografías de contenido íntimo a través del WhatsApp, especialmente de sus órganos sexuales. La Policía localizó en el registro de su vivienda centenares de imágenes de pornografía infantil, así como más de 170 archivos de fotografías en las que aparecían adolescentes posando con el torso desnudo. El análisis de un teléfono móvil también desveló conversaciones con menores de «contenido altamente pornográfico y fotografías explícitas de contenido sexual, sin que conste que sean menores de edad», indica el escrito de acusación fiscal.

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