Sin brazos y sin piernas, Rosa no tuvo posibilidad alguna de defenderse de sus asesinos. El cuerpo de la mujer fue encontrado en su domicilio de Benidorm el pasado 16 de junio después de que una conocida alertara a la Policía porque llevaba dos días sin verla. Todo apuntaba a que había sufrido un accidente doméstico con la silla de ruedas con motor eléctrico con la que se desplazaba. Pero algo no cuadraba en la escena y el celo policial ha sacado a la luz un espeluznante crimen con móvil económico en el que la víctima fue consciente de lo que le hacían sus asesinos.
Cuatro golpes en la cabeza con un objeto contundente para aturdirla y después arrojarla al suelo, volcar la silla sobre su espalda ejerciendo peso sobre su espalda para asfixiarla. Un matrimonio español de 59 y 56 años que había estado cuidando a la mujer hasta que ella les despidió poco antes de su muerte ha sido encarcelado como presuntos autores del crimen.
La investigación policial concluye que fue la pensión de 7.000 euros mensuales que la víctima cobraba por su discapacidad desde 2015 fue el móvil de sus presuntos asesinos, año en el que habían empezado a trabajar para ella. Durante 2019, habían llegado a cobrar 2.500 euros mensuales al mes de la víctima como chófer y después había seguido ayudándoles con 1.200 euros al mes. Cuando la mujer, una vez asentada en Benidorm, decidió cerrar el grifo y dejar de pagarles habría empezado a gestarse el crimen.
La autopsia determinó que los golpes que la mujer presentaba en la cabeza no se correspondían con los que presentaría el cuerpo de la manera en la que se cayó de la silla. El piso no estaba revuelto por lo que, en el caso de que el móvil fuera el robo, el asesino conocía bien el interior y dónde estaba todo. En la inspección ocular de la vivienda, la Policía encontró sobres de extractos de dinero vacíos en el interior de la caja fuerte de la casa.
Las pesquisas se centraron en el entorno de la víctima, que era muy reducido porque la mujer se había trasladado a Benidorm en diciembre del año pasado y tenía pocos conocidos. Así fue cómo se determinó que en mayo, uno de los ahora detenidos, había estado trabajando para ella. Al ser interrogado, el hombre manifestó que tras su despido se había marchado de la ciudad y que incluso desconocía que hubiera muerto, porque no había vuelto a saber nada de ella desde entonces. La Policía encontró varias contradicciones en su declaración, ya que constató que tanto él como su mujer se habían desplazado desde Lleida hasta Benidorm en los días próximos a la muerte de la mujer.
Viajes y cambios de domicilio
Fuentes policiales señalaron que la investigación ha revelado que dos días antes del hallazgo del cadáver, la pareja había salido en coches diferentes con unos pocos minutos de diferencia en un viaje desde Lleida a Benidorm. Un día más tarde regresaron a su lugar de origen. Las cámaras de la zona han captado incluso al hombre con una vestimenta muy característica saliendo del edificio, ropa que fue encontrada en el registro de su vivienda en Jaca en el momento de su detención. Porque desde que se cometió el crimen hasta el momento de su arresto, la pareja había cambiado en dos ocasiones de domicilio. Primero en Lleida, luego en Jaca y habían aprovechado para saldar algunas deudas que tenían pendientes.
La Policía sostiene que el hombre aún conservaba las llaves del piso, motivo por el que pudo entrar dentro de pudieron entrar, matar a su víctima, limpiar y colocar todos los objetos para dar la apariencia de que se trató de un accidente doméstico, mientras huían con el botín.
La pareja que ha negado en todo momento su implicación en el crimen y se acogió a su derecho a no declarar en dependencias policiales. El juzgado ha decretado su ingreso en prisión y prevé empezar a tomar declaración a testigos después del verano.
