La Fiscalía de València anunció ayer que va a abrir diligencias diligencias de investigación de oficio «ante la gravedad de las imágenes de la residencia de ancianos de Llíria», DomusVi Jardines de Llíria, donde se han producido supuestos malos tratos. El terremoto por las impactantes imágenes de ancianos desatendidos, atados a una silla o comiendo solas a pesar de su incapacidad captadas por una extrabajadora en la residencia DomusVi Jardines de Llíria continuó ayer con numerosas replicas.

Algunos familiares también decidieron retirar a los internos del centro para mayores tras conocer el contenido del vídeo. Es el caso de Isabel Díaz, la hija del anciano que sufrió una caída, quien aseguró a los periodistas a las puertas de la residencia que sentía «rabia e impotencia» y que en absoluto entendía «cómo se puede hacer eso a un ser humano. Hay cosas que se pueden entender, un abandono puntual porque no dé abasto el personal, pero lo sucedido no. Me lo llevo -en referencia a su progenitor- a un hospital y, en función de lo que me digan los médicos actuaré, si está desnutrido o tiene algún golpe actuaré. Tengo claro que denunciaré, eso ha sucedido, no sabemos quién es el responsable, pero estos señores no se atan solos, hay falta de socorro», aseguró la mujer a la agencia Efe.

Las familias que siguen con los residentes internos en el centro también han decidido organizarse para estudiar si emprenden medidas legales. Todos desconocían que se estuvieran produciendo la presunta falta de atención o supuestos maltratos. Pero tienen claro que quieren pelearán para que sus familiares estén bien atendidos sin el menor resquicio de dudas. Ayer por la tarde se reunieron una docena ante la comisaría de la Policía Nacional de Russafa en la calle Zapadores en una improvisada rueda de prensa en la que mostraron su malestar e inquietud por los familiares que siguen viviendo en la residencia. También contaron detalles de su experiencia en el centro con sus familiares. Los nietos de un residente explicaron que su abuelo logró escaparse del centro por una puerta que estaba rota. «Aún estamos esperando que el centro nos dé explicaciones». Otras familiares relatan contínuos problemas con la ropa de cada residente, quejas contínuas sobre la calidad de la comida, falta de higiene al encontrarse a familiares en las visitas con sus necesidades hechas encima o, incluso, que la residencia les ha cobrado medicamentos que están incluidos en la Seguridad Social, entre otras quejas.

Las trabajadoras y trabajadores de empresa de la residencia DomusVi Jardínes también leyeron ayer un comunicado, a las puertas del centro, para mostrar su coprensión por «la preocupación de las familias de nuestros residentes y las compartimos». Aunque acto seguido defendieron su trabajo y dedicación a las personas que atienden. «En este centro trabajamos profesionales de los cuidados y cuando se pone en duda el buen hacer que se está haciendo, se pone en duda nuestra profesionalidad y nuestra dedicación a los residentes. Y no se corresponde a la realidad. Ninguno de nosotros hemos desatendido a los residentes o hemos actuado de manera poco diligente. Nos duele que nuestro trabajo esté manchado por estas imágenes. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nos acusan en unos terminos tan crudos y dolorosos como se ha hecho».