Se arrojó desde el coche en marcha de su marido vestida solo con una sábana y atada con un cable elástico. Ayer en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Alicante, la víctima se retractó y eludió declarar contra su presunto agresor, para quien tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce la propia denunciante mantuvieron la petición de condena de nueve años de cárcel por delitos de lesiones leves, detención ilegal y trato degradante. A pesar del testimonio exculpatorio de la víctima, se agarraron a los testimonios de los testigos para mantener la acusación.

Los hechos enjuiciados ayer ocurrieron en Benidorm a finales de septiembre del año pasado. Desde entonces el procesado está en prisión preventiva. Acusado y víctima eran un matrimonio de origen guineano diez años afincado en España. Según el escrito de acusación, el hombre la sorprendió hablando con una tercera persona que había conocido a través de Internet. El Ministerio Público sostenía que el acusado la arrebató el móvil y las llaves de la casa y la encerró desnuda en una habitación de la casa, vestida únicamente con una sábana y dejándole un cubo para hacer sus necesidades. La mañana del 29 de septiembre cuando la llevaba en el coche atada, tras desatarse las manos, ella se arrojó del vehículo en marcha y pidió ayuda a otro conductor que venía detrás y que dio aviso a la Policía.

Ayer en el juicio, acusado y denunciante no dieron versiones contrapuestas de los hechos, sino que, salvo algún matiz las versiones que dieron eran muy parecidas. La víctima ya había manifestado que no quería venir a declarar y renunciado expresamente a indemnización alguna. Pese al tiempo transcurrido, aún no se han divorciado, motivo por el que la magistrada le recordó que tenía derecho a no declarar contra su marido pero que si lo hacía tenía que decir la verdad. Las dudas de la mujer para responder a lo que le preguntaba el fiscal provocaron un receso para que pudiera consultar con su abogada.

La víctima vino a negar los hechos, tal como había hecho su marido poco antes. El acusado había manifestado que tras sorprenderla con el teléfono tuvieron una discusión y acordaron que se iban a separar. Durante este tiempo siguieron viviendo juntos aunque el acusado admitió que le quitó el móvil y las llaves de la vivienda porque ella ya no iba a vivir allí y porque en el terminal había datos confidenciales. El acusado sostuvo que todo era «falso» y negó que la mujer estuviera encerrada en la casa, manteniendo que no sabía el motivo por el que ella saltó del coche en marcha.

La mujer finalmente no se acogió a su derecho a no declarar contra su esposo, pero eludió dar cualquier tipo de respuesta incriminatoria. A pesar de que en el juzgado sí confirmó en su día estos hechos, ayer lo negó todo y dijo que «todo eso lo escribió la Policía cuando hizo el atestado. Estaba muy cansada y no comprendía nada», ha dicho. Tan solo dijo que le había pegado un puñetazo en el hombro durante una discusión. La víctima aseguró que se arrojó del coche en marcha vestida con una sábana porque no quería seguir discutiendo con su marido. El coche estaba saliendo en ese momento del aparcamiento del edificio en el que ambos vivían, motivo por el que circulaba despacio. La mujer respondió con evasivas a las circunstancias de ese viaje, no llegando a explicar los motivos por los que iba atada. Sí dijo que iba vestida solo con una sábana porque era algo típico de su país, una explicación idéntica a la que dio su marido.

Candados en las habitaciones

La mujer aseguró que «no había estado encerrada» en la vivienda y que durante ese tiempo había entrado y salido de casa, aunque como no tenía llaves era el hijo del acusado quien la acompañaba para que volver a entrar. A los policías les llamó la atención la existencia de candados en las puertas de la vivienda, hecho que los dos explicaron alegando que los ponían porque el hijo cogía cosas de las habitaciones. En el cuarto donde supuestamente había estado encarrada la mujer, los agentes hallaron un cubo para que ella hiciera sus necesidades. La explicación de ambos fue también idéntica: en Guinea es habitual que en las casas no haya baño y el cubo estaba allí por si había alguna urgencia y el lavabo estaba ocupado.