Como si se tratase del argumento de la película japonesa "Confessions", Wang Yun, una maestra china de infantil, envenenó a 25 alumnos de entre 3 y 6 años, unos hechos por los que ha sido condenada a muerte, según ha anunciado un tribunal de Jiaozuo, en la provincia de Henan.

Uno de los alumnos envenenados falleció a consecuencia del nitrito de sodio que la profesora puso en la botella que ellos usaban, en una suerte de venganza contra la escuela en la que trabajaba. El crimen tuvo lugar en marzo de 2019 y ha sido ahora cuando se ha dictado la sentencia de muerte contra la mujer, que dos años antes también había intentado envenenar a su esposo tras una discusión de pareja.

Según el tribunal, Wang era consciente de que el nitrito de sodio es tóxico en determinadas cantidades, pese a lo cual envenenó a los niños "sin preocuparse de las consecuencias".