Una pareja se enfrenta a penas que suman los 40 años de prisión por violar a una mujer a la que acogieron en su casa con la presunta intención de que se quedara embarazada para posteriormente quitarle el bebé. La víctima asegura que le ofrecieron dinero porque la mujer no podía tener hijos y ha relatado cómo el acusado la violó hasta en dos ocasiones y las agresiones y amenazas que le profería si se negaba.

Por su parte, ambos acusados han negado los hechos en el juicio celebrado esta mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de València y han calificado de “surrealista” que quisieran dejarla embarazada para quedarse con el recién nacido. No obstante, ambos han admitido haber tenido relaciones sexuales con la víctima, aunque esgrimen que eran consentidas.

Las argumentaciones por las que en julio de 2017 la pareja acogió en su domicilio de València a la denunciante de 36 años y nacionalidad rumana no han resultado muy convincentes. Gheorgue L. M., de 39 años, y para el que el fiscal pide una pena de 21 años de prisión por dos delitos de violación, lesiones y un delito contra la integridad moral, alega que la llevó a su casa porque alguien quería violarla. “Por echarle un cable a una paisana”, ha argumentado.

“Era como una inquilina pero sin pagarme nada”

Ese mismo día ambos tuvieron sexo, hecho reconocido tanto por el procesado como por la víctima, quien admite que en esa primera ocasión fueron relaciones consentidas. El acusado reconoce que durante el tiempo que convivió con ellos mantuvo relaciones sexuales con la víctima, pero con el consentimiento de su mujer, quien también participaba. “Pero ellas solo besitos, sin juguetes ni nada”, ha apuntado el procesado riéndose pese a la gravedad de los hechos que se le imputan.

La víctima, quien ha declarado detrás de un biombo, afirma que se fue a vivir con ellos para trabajar como asistenta del hogar y que después de unas semanas le ofrecieron 100.000 euros por quedarse embarazada y darles el bebé. Ella se negó y la actitud con ella cambió, siendo el acusado especialmente violento desde que ella salió en defensa de su compañera y también procesada -que se enfrenta a 19 años de cárcel- tras un episodio de violencia machista. 

Así afirma que la tenían controlada y amenazada de muerte. De hecho, tal era el temor que tenía que pese a que la Policía Local y la Guardia Civil acudió tras ser alertados por los vecinos después de sendos episodios violentos, la mujer no se atrevió a decirles lo que estaba pasando.

Por su parte, la acusada ha tratado de tapar a su expareja asegurando que jamás vio que golpeara a la víctima ni a ella, pero ha dejado entrever que estaba muy condicionada por él. “Me molestaba que se acostara con ella pero en aquel momento prefería no decir nada porque le tenía un respeto importante”, ha confesado la procesada, de 45 años y nacionalidad española, quien ha insistido en que ella sí podía tener hijos.

Los hechos se destaparon el 29 de julio de 2017 tras una última agresión en la que el acusado presuntamente le propinó golpes en la cabeza y la amenazó con un cuchillo. La víctima logró telefonear a su madre y le contó lo que estaba ocurriendo.

Los policías que acudieron al domicilio tras ser alertados por la madre de la víctima aseguran que la agredida estaba muy alterada y parecía estar bajo los efectos de algún tipo de fármaco. Los agentes no encontraron ningún test de embarazo en el inmueble, aunque sí escucharon al acusado comentarle a su pareja que ya no iban a poder tener un hijo con la víctima porque la tendrían que tirar de la casa.