Sin posibilidad de que su marido se defendiera. La Audiencia de Alicante ha impuesto 22 años y medio cárcel para Concepción Martín, conocida como la viuda negra, y otros veinte años a su cuidador, Francisco Pérez, por la muerte a puñaladas del marido de ésta en un parking de la Albufereta dos semanas después de la boda, según la sentencia notificada ayer. El fallo, contra el que cabe recurso, es resultado del veredicto de un jurado que declaró a ambos acusados culpables por unanimidad de asesinato con las agravantes de alevosía y enseñamiento, a las que se añaden, sólo en el caso de Conchi, la de parentesco, motivo por el que la pena para ella es superior.

El magistrado José María Merlos no ha considerado que concurran otras agravantes como la de aprovechamiento de las circunstancias de lugar y tiempo, ni la de abuso de confianza o de disfraz que pedía la acusación particular. Entiende el juez estas agravantes ya quedan recogidas dentro de la alevosía. Por este motivo, las penas han sido inferiores a los 30 años que pedían las acusaciones. Los dos acusados deberán indemnizar con 50.000 euros a cada uno de los tres hijos de la víctima, que ejercían la acusación a través del abogado Aitor Prieto.

El cuidador de Conchi ha sido condenado a 20 años de cárcel. Rafa Arjones

La sentencia considera probado que los dos acusados se citaron con la víctima José Luis S. la noche del 20 de agosto de 2018 en un aparcamiento al aire libre en la calle Sol Naciente de la Albufereta con el propósito de matarlo. Conchi y el hombre asesinado, de 69 años, se habían casado en Sax dos semanas antes. El pretexto para la cita era celebrar una cena romántica y echar flores al mar en memoria de seres queridos de Conchi y le avisaban que como debían saltar una valla irían vestidos con ropas oscuras y que no se asustara al verlos. El fallo ve acreditado que el escenario del crimen no era lugar de paso habitual de personas o vehículos a esa hora . «La acusada pretendía obtener ventaja y facilidad para la ejecución del plan común para acabar con la vida de José Luis impidiendo que pudiera pedir auxilio, dificultando sus posibilidades de defensa y procurando su propia impunidad», dice. «La agresión empezó cuando la víctima cayó en la trampa mortal que le tendieron los acusados, recalca la resolución.

Alevosía y ensañamiento

Según la sentencia, Francisco comenzó a agredir a José Luis con un destornillador o un instrumento similar de manera sorpresiva anulando las posibilidades de defensa, haciéndolo retroceder hasta que la víctima cayó al suelo. La sentencia dice que en ese momento Conchi se acercó a pie a ambos y, aprovechando la confianza que tenía con José Luis y la superioridad numérica, se unió a la agresión, sujetando o golpeando a su esposo mientras Francisco seguía apuñalándolo.

La víctima recibió un total de 19 puñaladas de las cuales sólo una resultó mortal al afectar al cuello. Asegura el magistrado que el arma utilizada «al no estar afilada ni acabada en punta causó un sufrimiento mayor a la víctima» y que los acusados eran conscientes del tipo de sufrimiento que iban a causar.

La principal prueba de cómo ocurrieron los hechos ha sido el testimonio de una agente de Policía que presenció todo cuando paseaba con un amigo desde el paseo de la Cantera. Las defensas cuestionaron el testimonio de la agente, pero el juez les recuerda que la condición de agente no da por sí más credibilidad a su testimonio, «pero tampoco menos» y recuerda que lo que relataron estos testigos era verosímil.

La defensa de Conchi, José Soler, había pedido que se retirara la agravante valorando que la boda fue un matrimonio de conveniencia. El juez recuerda que el crimen se cometió con de una cena romántica.

Una condena mayor para Conchi que para Francisco

El fallo impone 22 años y seis meses de prisión para Conchi y 20 para su cuidador Francisco. La pena es superior para ella porque hay una agravante de parentesco al estar casada con la víctima.

Extractos de la sentencia de la viuda negra de Alicante