Una mujer de 77 años y vecina de La Vila Joiosa se declaró ayer culpable en la Audiencia Provincial de Alicante de un fraude cometido con el cobro indebido de la pensión de su tía ya fallecida y aceptó ser condenada a dos años de prisión por quedarse con 133.556 euros, dinero que fue sacando durante varios años de la cuenta de su familiar gracias a que continuó recibiendo la prestación de la Seguridad Social al no haber comunicado el fallecimiento de su allegada.

El pago de la indemnización a la Seguridad Social será asumido por el Banco Sabadell como responsable civil subsidiario, que ya pagó cerca de 36.000 euros por las prestaciones cobradas durante los últimos cuatro años de las prestaciones, de 2012 a 2016. Ahora deberá abonar a la Seguridad Social los 97.569 euros restantes.

La Fiscalía solicitaba inicialmente una pena de cuatro años de prisión para la acusada, que el próximo mes cumplirá los 78 años, como autora de un delito de fraude de prestaciones de la Seguridad Social. Sin embargo, el Ministerio Público y el resto de partes personadas en la causa alcanzaron un acuerdo de conformidad que redujo la vista oral a una breve sesión, aunque tuvo que iniciarse con retraso al olvidar la acusada su DNI en su domicilio de La Vila.

Además de los dos años de cárcel, la septuagenaria también aceptó una multa de 133.000 euros con dos meses de privación de libertad en caso de impago -es insolvente- y una indemnización a la Seguridad Social de algo más de 97.000 euros, con la responsabilidad civil subsidiaria del Banco Sabadell. La mujer no ingresará en prisión porque el acuerdo de conformidad contempla la suspensión de la ejecución de la pena por dos años, siempre que no vuelva a cometer delito.

Según la acusación de la Fiscalía admitida ayer por la mujer de 77 años, la tía de la acusada murió el 8 de julio de 1997 y cobrababa una pensión de jubilación. Sin embargo, la procesada no comunicó su fallecimiento a las autoridades competentes y la Tesorería General de la Seguridad Social continuó abonando la pensión en la cuenta corriente de la fallecida. Así hasta noviembre de 2016, cuando debió descubrirse el engaño.

La mujer usaba la libreta de su tía fallecida con ánimo de lucro y fue sacando el importe de la pensión entre agosto de 2012 y noviembre de 2016.