Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Alicante fueron ayer muy claros: el pequeño Dominique murió estrangulado y la acusada sabía lo que estaba haciendo cuando ocurrieron los hechos. Los médicos declararon en la tercera jornada por la muerte en Elda del niño de ocho años para presentar los resultados de la autopsia y del estudio de la salud mental de la acusada del crimen. Alejandra García sostiene que el pequeño murió de manera accidental al atragantarse con un trozo de jamón, una hipótesis que rechazaron los forenses: lo que provocó su asfixia no estaba dentro de su cuerpo, sino fuera de él.

El médico que practicó la autopsia aseguró que la muerte de Dominique fue debida a una asfixia por estrangulamiento y de carácter violento. El cadáver del pequeño presentaba marcas en el cuello que evidenciaban que el niño pudo ser ahogado con la camiseta que llevaba. Estas lesiones apuntaban además a que la víctima se estaba moviendo, posiblemente para tratar de resistirse al ataque mientras le ahogaban por la espalda, explicó.

Los forenses también tuvieron que buscar en su día en el cadáver evidencias de una posible agresión sexual, ya que la acusada había contado en un primer momento que el niño y ella habían sufrido un ataque violento por parte de unos desconocidos que entraron en la casa. No encontraron nada. Tampoco en el reconocimiento realizado a Alejandra, que entonces era supuesta víctima. Las lesiones que presentaba no se correspondían con lo que ella contaba, explicaron.

El jurado se interesó sobre si la presión en el cuello del pequeño había sido un golpe seco o una fuerza sostenida. Los facultativos se inclinaron por la última opción dado que la primera, precisaron, podría haber provocado una fractura que no se produjo.

La forense que hizo el reconocimiento psiquiátrico a Alejandra tras su arresto descartó que la acusada padeciera patología mental alguna y subrayó que «sabía lo que hacía». Desde la defensa se le preguntó por la posibilidad de que quedara bloqueada tras la muerte del niño y se inventara el relato del asalto. «Esto solo lo puedo responder como ciudadana, no como perito. Lo normal en esa situación hubiera sido llamar a Emergencias», respondió.

Momentos sobrecogedores

Tras el impacto en el jurado de las fotos de la autopsia, en la sala de vistas se vivió otro sobrecogedor momento con el testimonio de los padres de acogida del niño, Daniel Faus y Penélope Martínez, que en la actualidad no se hablan. Tras la separación de ambos, se fijó un régimen de visitas para que Dominique pudiera seguir viendo al que consideraba su padre mientras vivía con la madre.

En su declaración, ambos evidenciaron el amor que todavía sienten por el niño. Ella llevaba escrito el nombre de Dominique en la mascarilla. Era inevitable que cuando tuvieron que revivir aquella trágica tarde del 30 de agosto de 2017 las lágrimas saltaran a su rostro y se les quebrara la voz.

«Durante un tiempo he estado muerto en vida», dijo Daniel que en su declaración no quiso cargar las tintas contra la acusada, su pareja sentimental en aquellos momentos, negando que existiese una mala relación entre ella y Dominique. Hasta antes del juicio, Daniel estaba personado como acusación particular, motivo por el que el juez le advirtió de que no podía acogerse a su derecho a no declarar, pero él le respondió que iba a hacerlo y que con Alejandra su única relación es la hija que tienen en común, nacida antes de que fuera detenida.

Daniel calificó de normales los problemas que Alejandra pudiera tener tanto con el menor como con su expareja, aunque admitió que cuando las dos estaban juntas era «incómodo» . «Sé que dije que la relación era mala, pero he pasado por muchas fases en este tiempo» y matizó que entonces estaba influenciado por la Policía «porque me decían que mi pareja había matado a mi hijo».

Daniel no pudo reprimir las lágrimas cuando recordó el día en que encontró al niño muerto en el suelo de su casa. «Traté de reanimarlo, pero él ya no estaba», dijo. El padre tildó de «chapuza» la actuación policial porque en su casa esa noche había demasiada gente. En cualquier caso, aseguró no creerse la historia del asalto porque «había muchas cosas que no tenían sentido. ¿Quién iba a venir a robar a mi casa?, preguntó.

Una manta en la cabeza

En su declaración Penélope aseguró que Dominique llevaba un tiempo alterado, aunque tenía problemas para expresarse por su discapacidad. «Un día que vino con mucha angustia me contó que Alejandra le había tapado la cabeza con una manta y que no le dejaba salir. No le di importancia, creía que era un juego», relató. Sin embargo, sí que confirmó que Daniel había dejado de subir a su casa cuando acudía a recoger al menor y que cuando le preguntó el motivo, éste le respondió que porque Alejandra no le dejaba.

Al igual que quien fue su expareja, rompió a llorar hablando del pequeño. «Es algo inasumible. Es demoledor que maten a tu hijo. Es un niño de ocho años que no se puede defender. Cuando después te hacen creer que alguien abusó de él, te estalla la cabeza», aseguró. Desde entonces y hasta 2019 ha estado de baja, con varias recaídas y cambios de destino tras su reincorporación.

Los vecinos no escucharon nada durante esa tarde

Vecinos de las otras dos viviendas que había en el inmueble declararon ayer que no vieron ni escucharon nada hasta que de repente Alejandra empezó a gritar. La Policía les interrogó en su día buscando pistas sobre las supuestas personas que habían asaltado la casa. Ninguno vio nada a pesar de que alguno pasó varias veces por la puerta en el momento en que supuestamente ocurrió el asalto.

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Penélope Martínez, madre de Dominique, pide Justicia Álex Domínguez