El triple asesinato machista de Valga, en Vigo, es uno de esos casos que hiela la sangre. José Luis Abet, autor confeso del crimen, mató a tiros a su exmujer, a su excuñada y su exsuegra. Ahora salen a la luz detalles más escalofriantes: antes y después de los hechos, grabó vídeos y audios en los que comenta unos actos cometidos delante de sus propios hijos. Transcurrido más de un año de la tragedia, el asunto sigue en fase de instrucción en el Juzgado 2 de Caldas. La pandemia de coronavirus provocó un fuerte retraso en la práctica de las diligencias, hasta el extremo de que todavía quedan por practicar algunas pruebas. El juicio, en consecuencia, todavía queda relativamente lejos en el tiempo.

Los documentos audivisuales, que constan en la causa judicial, fueron publicados por 'El Programa de Ana Rosa'. Los vídeos fueron grabados 48 horas antes de los hechos, ante la puerta de la casa de su expareja. Esas grabaciones no las llegó a difundir, pero quedaron guardadas en su teléfono móvil, según el espacio televisivo de Telecinco. "Al final voy a tener que tomar medidas", decía, tras quejarse de que no le abriese el portal ni le cogiese el teléfono. "Después dice que el malo soy yo (...) El Jueves Santo, que me tocaban, no me llevó a los niños; el viernes, tampoco; hoy es sábado y tampoco; me tocaban los niños el fin de semana y también se niega a dármelos". También protesta porque el abogado de su ex no le responda.

Tras el crimen

Una vez cometido el triple asesinato, José Luis Abet envía una serie de audios a un conocido en las que se reconoce como el autor de los hechos, de acuerdo con los documentos emitidos en el programda: "Yo ya no vuelvo más, pero a esta gente me la he sacado de delante". También se disculpa con el receptor por los posibles problemas que le vaya a causar. "Lo siento mucho pero tenía que ser. Te pido perdón por si te van a poner malo a ti, pero a esta gente había que sacarlas de delante". Un poco después, añade: "A partir de hoy voy directo al calabozo y no voy a salir más". "De ser por algo, de ser malo. Me cansé de que me pitorrearan", continúa.

Otro de los audios tenía como destinatario un santero que Abet había contratado para tratar de solucionar sus problemas a través de supuestos ritos mágicos. De acuerdo con el abogado defensor del autor confeso, el haberse dado cuenta de que los remedios del curandero no surtían efecto pudo desatar la ira que desembocó en el crimen. En el mensaje sonor le dice: "Se acabó, amigo. Ya maté a las tres, jaja. Ya están las tres para enterrar. Ahora no hace falta ni 24 horas ni camello". Estas dos últimas referencias se refieren a las instrucciones de uno de los ritos.