La Guardia Civil ha desarticulado una red de tráfico de armas detonadoras que eran introducidas desde países del Este de Europa y vendidas en España, sobre todo a delincuentes, una vez eran manipuladas en un taller casero de Monforte del Cid con el fin de poder disparar munición con proyectil y hacer fuego real.

En la operación, realizada en las provincias de Alicante, Guipúzcoa, Madrid, Ciudad Real, Barcelona, Granada y Murcia, han sido detenidas nueve personas e investigadas otras seis. En la provincia de Alicante fueron detenidas dos personas de nacionalidad española en Monforte del Cid, una de ellas el presunto encargado de manipular las armas y munición y lugarteniente del cabecilla, un presunto traficante de armas rumano que residía en la provincia de Alicante y ha huido a Estados Unidos, por lo que se ha dictado una orden internacional de detención. Además, en la ciudad de Alicante la Guardia Civil tomó declaración a otra persona en calidad de investigada.

Narcos, bandas latinas, atracadores, bravucones en general y algún coleccionista aislado. Ese era el nicho de mercado de la organización, que ha puesto cientos de pistolas, revólveres y fusiles en el mercado negro durante años.

Munición

El auténtico «manitas» arrestado en Monforte del Cid, en prisión preventiva desde la semana pasada, no solo modificaba en su taller casero las armas que importaban como detonadoras (de fogueo) hasta convertirlas en armas de fuego real, sino que también manipulada esa misma munición para transformarla en letal.

El sistema era simple, desmontaba el cartucho de fogueo, le introducía una bola de plomo, aumentaba la cantidad de detonante y acelerante y la cubría. Y listo. Así, con calibres distintos, aunque principalmente trabajaban los cartuchos de 9 milímetros.

La investigación partió del Servicio de Información de la Guardia Civil de València a finales del año pasado, tras rastrear la venta de pistolas detonadoras a través de un portal de anuncios de internet. Quienes respondían al anuncio ya sabían que no iban a ser de fogueo ni costar los 100 euros de estas armas, sino que deberían desembolsar cinco veces más, 500 euros, porque las vendían ya transformadas en armas y munición reales. De momento, ninguna de ellas ha sido detectada en ningún delito violento.

Poco antes de decretarse el primer estado de alarma, el jefe, con antecedentes por tráfico de armas en Rumanía, país del que traía la mayor parte de la mercancía, se fue a Estados Unidos. Eso y la brutal bajada de las ventas provocada por el confinamiento y el frenazo a la delincuencia que supuso este obligaron a posponer las detenciones, que finalmente se planificaron para finales de noviembre.

26 pistolas y revólveres

Los agentes han intervenido a la organización 26 armas cortas (pistolas y revólveres), 10 armas largas, 9.928 cartuchos metálicos de diferentes calibres (incluida munición de guerra, un silenciador y dos cargadores). Además, les confiscaron maquinaría y útiles para la modificación de las armas, tres máquinas para fabricación artesanal de munición metálica, 20.195 euros en metálico, 161 plantas de marihuana (con un peso aproximado de 42 kilos), dos kilos más de cogollos de marihuana ya lista para la venta, así como dos carteras policiales con los logotipos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional (con insignia policial y carnet falsificado), 31 carnets militares en blanco, una gorra de uniforme de la Policía Nacional, una placa del mismo cuerpo, grilletes, un chaleco identificativo de Policía Local, llaves de pugilato, machetes de grandes dimensiones, navajas automáticas y un spray de defensa.

A ello se suman dispositivos móviles e informáticos y abundante documentación que ahora deberá ser examinada por los analistas del Servicio de Información de la Guardia Civil.

El juzgado de Instrucción número 1 de Alicante ha dirigido la investigación de la Guardia Civil y los implicados han sido acusados, en función de su participación, de los delitos de tráfico de armas, tenencia de armas prohibidas, depósito de municiones, falsedad en documento público, usurpación de funciones y tráfico de drogas.