El hombre acusado de haber atacado a su mujer en Alicante con una cuchilla de afeitar para desfigurarla ha aceptado una condena de tres años y medio de prisión y se ha declarado culpable de las acusaciones, según confirmaron a este diario fuentes cercanas al caso. El hombre llevaba cerca de dos semanas en prisión preventiva desde que ocurrió la agresión y ha cerrado esta semana un acuerdo con la Fiscalía, la defensa y la acusación particular que ejerce la víctima durante el juicio señalado esta semana en un juzgado de lo Penal de Alicante.

Los hechos ocurrieron a primera hora del pasado 24 noviembre, el Día Internacional de la eliminación de la violencia sobre la mujer, en el domicilio de la pareja sito en la Colonia Requena de Alicante. El agresor es un varón de nacionalidad marroquí y 44 años de edad. La víctima, con la que estaba casado, también de nacionalidad marroquí y 32 años, sufrió heridas con una cuchilla de afeitar en la cara, las manos y el cuello causándole cortes profundos. En las primeras alertas se dijo que el hombre había tratado de degollarla. El hombre reaccionó de esta manera cuando ella le anunció que iba a romper el matrimonio y que le dejaba.

La mujer fue atendida en un primer momento por los propios agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de Alicante, que fueron los primeros en acudir al domicilio y los que solicitaron una ambulancia. La víctima fue atendida en el lugar y trasladada al Hospital General de Alicante donde recibió tratamiento estos por cortes, que tardaron días en sanar.

El presunto autor fue localizado poco después en una calle cercana a su domicilio, siendo detenido y detenido por esta agresión machista. Dos días más tarde, el juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Alicante decretaba la prisión preventiva para él y enviaba la causa a los juzgados de lo Penal para la celebración de un juicio rápido.

Inicialmente se reclamaba por parte de la Fiscalía cinco años de prisión por estos hechos, una pena que se ha reducido a tres años y medio con la confesión del procesado. En el acuerdo cerrado entre las partes, se le impone también una orden de alejamiento que le impedirá acercarse a la víctima durante al menos siete años. También se le establece la prohibición de portar armas durante al menos cuatro años. La condena también fija ochenta días de trabajos en beneficio de la comunidad, según indicaron las mismas fuentes.

La condena pactada supone que el procesado tendrá que seguir en prisión por estos hechos, al ser superior a los dos años y el riesgo para la víctima. Fuentes del caso explicaron que para la rebaja se había valorado la confesión del procesado, que las lesiones sufridas por la víctima no eran tan graves como inicialmente parecía y que ésta ha dado su visto bueno al pacto.