La Audiencia de Alicante ha condenado a once años de prisión y al pago de 10.000 euros de indemnización a un hombre de 41 años por abusar sexualmente de su propia hija a lo largo de siete años, en el domicilio familiar de Alcoy en el que residían.

Los hechos enjuiciados se produjeron desde que la víctima tenía nueve años, entre 2009 y 2016. Fue en ese momento cuando la joven decidió actuar y contar a su hermana menor la situación a la que se encontraba sometida para pedirle que se lo comunicase a su madre, quien presentó la denuncia contra el acusado, de origen ecuatoriano.

En la sentencia, el tribunal de la Sección Primera considera probado que el procesado aprovechaba los momentos en los que su mujer se marchaba a trabajar, a las 5.30 horas de la madrugada, para introducirse en la cama de su hija «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales» y practicarle tocamientos en los pechos y la vagina. En ocasiones, llegaba incluso a masturbarla, pese las súplicas de su hija para que la dejase.

El acusado negó los hechos en el momento del juicio y atribuyó la acusación de su hija al hecho de que él era muy severo en la educación de sus tres hijos y que les castigaba con frecuencia «cuando no hacían los deberes» quitándoles el móvil. Además, alegó que la intención de sus hijos era conseguir que sus padres se separaran.

Tanto la víctima como sus dos hermanos corroboraron los tocamientos. El tribunal considera que la versión del acusado no es asumible tras reseñar que «es difícil admitir que se formule una denuncia de tanta gravedad como la realizada» por el hecho de que existiese «una educación severa y el deseo de la separación de sus progenitores». Además, incide en que los testimonios de los hermanos de la víctima corroboran los abusos.