Una joven de Alicante estuvo recibiendo imágenes obscenas en el WhatsApp desde teléfonos anónimos durante los meses del confinamiento sanitario. De nada le servía bloquearlo, porque los mensajes continuaban desde otro número distinto. Hasta que finalmente pudo ser identificado y detenido por la Policía. Desde en mismo terminal telefónico había usado hasta catorce tarjetas prepago diferentes para poder burlar los bloqueos. Pero en el momento de su arresto, tenía en su poder hasta sesenta tarjetas distintas. Acosador y víctima eran compañeros de clase.

La Fiscalía le reclama una pena de un año y tres meses de prisión y otros tres años de orden de alejamiento durante los que no podrá ni acercarse, ni contactar con ella de ninguna manera.

Los mensajes obscenos comenzaron antes del estado de alarma y continuaron de manera permanente hasta el mes de julio, cuando ya había empezado la «nueva normalidad». El primer mensaje se recibió el uno de marzo, en el que el acusado envió un emoticono de un beso a la víctima. Al preguntarle ella quién era, la respuesta de éste fueron dos fotografías de un pene. Los mensajes prosiguieron con imágenes de penes y comentarios como «quiero tu coño», o preguntando «¿te gusta?» con un emoticono sonriente. La víctima tuvo que apagar el teléfono por las noches para poder dormir ante el nivel de acoso.