Un juzgado de lo social de Murcia ha declarado improcedente el despido de la trabajadora de una empresa cuyo jefe le comunicó al darle la noticia que había tomado esa decisión porque "era humilde y noble, pero estaba mal aconsejada y cohibida y era un poco desastre".

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, señala que el empresario le envió un mensaje en el que le decía que, "como le gustaban las cosas claras", ya le advertía que solo le pagaría el último mes de trabajo, pero no el finiquito.

En los mensajes que se cruzó con ella en agosto de 2019 le indicó que pensaba que no era mala persona, pero que tenía malas influencias, era pobre e iniciativas y con buenos maestros podría dar buenos resultados, aunque le reprochaba los años perdidos en el trabajo.

Hacia el final, le preguntó si lo iba a demandar, y al contestarle ella que sí lo haría porque tenía derecho al finiquito, su jefe le comentó a través de otro mensaje que "veía que la necedad se pegaba", para añadir que iba a dar orden de que se anulara el cese de la relación laboral que había decidido.

Le comentó que así podría seguir en el trabajo hasta que se marchara por su cuenta, además de advertirle que con él no se jugaba y que quien quisiera hacerlo, que se protegiera.

Tras reprocharle lo que consideraba que eran fallos en su actividad laboral, el demandado le dijo así mismo que solo lo demandaba quien él quería y que lo vencía aquel que él se dejaba.

La sentencia, tras declarar improcedente el despido, condenó a la empresa a readmitirla o a pagarle una indemnización cercana a los 3.000 euros, más otros 2.100 en concepto de salarios, vacaciones sin disfrutar e incumplimiento del preaviso.

Dice el juzgado que la carta de despido no cita hechos ni datos concretos que pudieran justificar las causas del despido, que se basó en la necesidad de amortizar el puesto de trabajo de la demandante.