Las dos mujeres acusadas de enfrentarse a la Guardia Civil el 30 de octubre de 2020 cerca de la casa del vicepresidente Pablo Iglesias y la ministra Irene Montero han declarado en su juicio que no había ningún perímetro les impidiera pasar y que los agentes las agredieron.

El Juzgado de lo Penal número 17 de Madrid celebra este jueves el juicio contra dos mujeres, madre e hija, que presuntamente desobedecieron de forma reiterada y se enfrentaron a agentes de la Guardia Civil en las inmediaciones de la vivienda de Iglesias y Montero.

La Fiscalía pide para Isabel Q.D. un año de prisión por atentado contra agente de la autoridad y otro leve de maltrato de obra, y para su madre, Ascensión D.A., seis meses por un delito de desobediencia.

La madre ha relatado en su declaración que ella acudió a los alrededores del domicilio de los políticos porque estaban buscando por allí a dos amigas suyas para saludarlas. "Nos acercamos porque no había ningún perímetro que delimitase la zona", ha sostenido.

Tras divisar a sus allegadas, vio desde su coche cómo a una de ellas "un agente la estaba agarrando del brazo", por lo que se bajó del coche sin mascarilla para ver lo que estaba ocurriendo.

Al llegar al lugar, la Guardia Civil le comunicó que debía marcharse porque se estaba estableciendo un perímetro de seguridad, y la acusada explicó a los agentes que quería volver a su coche, situado dentro de la zona delimitada, para coger su abrigo, pero éste no le dejó.

"Me pisó y me empujó. Al caerme me apoyé en el agente, pero no le toqué", ha relatado.

La procesada ha manifestado que tras esta "situación tan tensa" su hija salió del coche al oír sus gritos, sin mascarilla.

Esta joven ha apuntado por su parte que al intentar socorrer a su madre uno de los agentes se le tiró encima.

Ha añadido que entonces se puso "muy nerviosa". "Oía a mi madre gritar, pero tenía miedo y me quedé quieta, el guardia civil me dijo que me iba a detener pero que me iba a dar otra oportunidad".

Cuando la soltaron pidió que llamasen a una ambulancia porque su madre estaba "inconsciente" pero ha explicado que hasta pasado un largo periodo de tiempo no lo hicieron. "Ni siquiera dejaban que los vecinos la ayudasen", ha sentenciado.

Las dos amigas aludidas, que han declarado en calidad de testigo, han corroborado la versión de las acusadas.

El guardia civil que se encontraba presente durante el tumulto ha detallado al tribunal que comenzaron a montar el dispositivo de seguridad cuando vieron a dos mujeres pasando "entre dos y tres veces" por la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero y que, tras explicarles que ahí no podían estar, ellas les increparon con gritos de "Viva España".

Ha subrayado que ellas conocían "perfectamente" que había un cordón de seguridad porque "son personas asiduas de la zona" y que, tras impedirles el paso, una de ellas hizo un ademán de darles con el bolso.

"Policía bolivariana"

"Nos pegaron patadas pero no tuvimos ninguna lesión", ha señalado el agente, que ha explicado que avisaron a la madre de que iba a ser detenida.

El sargento responsable del dispositivo ha relatado que ordenó a sus compañeros "montar una línea transversal para alejar a estas personas del lugar", de manera que "se les daba pequeños empujones para llegar al punto donde tenían que estar".

A lo que ha añadido que las mujeres, que en todo momento estaban sin mascarilla, les insultaron: "Nos llamaron policía bolivariana".

Ante esta confesión en el juicio, una de las amigas de las procesadas, que tras su declaración ha permanecido en la sala, ha gritado: "Eso es mentira".

Cuando los agentes han terminado su declaración y han procedido a salir de la sala, otra persona que también se encontraba de público ha salido para increparles y grabarles con el teléfono, sin mayores altercados.

Los vigilantes de los juzgados han llamado la atención a una de las procesadas y a algunas de las personas que las han acompañado por las dependencias durante un receso del juicio porque no llevaban correctamente puesta la mascarilla.