Las mascarillas son un producto de primera necesidad. Así las considera la Fiscalía y reclama una pena de seis años de prisión para un empresario de Alicante acusado de una estafa masiva con la venta de este producto, según el escrito de acusación al que ha tenido este diario. Cobraba por anticipado los pedidos, pero ni tenía mascarillas, ni hizo gestiones para conseguirlas. Cuatro mercantiles le hicieron pedidos para comprarle más de un millón y medio de unidades, así como otros 15.000 litros de gel hidroalcohólico. El Ministerio Público le acusa de un delito de estafa agravada y ha pedido llevarle a juicio por estos hechos ocurridos al inicio de la pandemia. El fraude ronda los 750.000 euros y el acusado llegó a estar encarcelado de manera preventiva entre el 15 de marzo y el 7 de septiembre de 2020 por estos hechos.

Durante el inicio de la pandemia y poco antes de que se decretara el primer estado de alarma en España por la situación sanitaria, las mascarillas eran un producto difícil de encontrar y había numerosos organismos públicos que las necesitaban para proteger a su personal. Aún durante los días del confinamiento, no era un producto fácil de adquirir en las farmacias. En este contexto, un empresario de Alicante vendió más de un millón y medio de mascarillas a diversos proveedores de la Administración que jamás llegaron a su destino.

Aprovecharse de la crisis

La Fiscalía considera que las mascarillas constituían en aquel momento y dada la crisis sanitaria un bien de primera necesidad. Las empresas perjudicadas eran en su mayoría contratistas de organismos públicos a los que iba destinado el material de protección. «La actuación del acusado repercutió necesariamente de forma negativa en el suministro de tan esenciales productos», asegura la Fiscalía en su escrito de acusación.

La presunta estafa se denunció en el mes de marzo de 2020. El fiscal considera que el acusado «con el ánimo de obtener un beneficio ilícito y aprovechando la situación de crisis sanitaria» ofreció en el mercado mascarillas del tipo N95. En ningún momento, ni tuvo las mascarillas, ni la intención de comprarlas, pero no tardaron en contactar con él proveedores interesados en adquirir ese producto que en ese momento era «necesario y escaso», señala.

Un total de cuatro empresas se pusieron en contacto con él para hacerle grandes pedidos que abonaron por adelantado. A pesar de que se abonaron por anticipado, las mascarillas jamás llegaron a su destino. Uno de los perjudicados llegó a presentarse en Alicante para la entrega del material adquirido y se encontró con que en la dirección que tenía no había ninguna empresa vinculada al acusado, ni se recibió nada.

En el caso del gel hidroalcohólico, el fiscal ha valorado el hecho de que para ese producto el acusado sí que llegó a hacer gestiones para su adquisición. Sin embargo, su proveedor dio otro destino al producto porque no se lo pudo entregar al procesado porque ya se encontraba en prisión. El dinero pagado por la empresa, 94089 euros, fue consignado en el juzgado.