La Audiencia Provincial ha condenado a penas que suman siete años de cárcel a un hombre que dejó tuerto de una pedrada a su compañero de piso en Alicante y después le estuvo amenazando para que retirara la denuncia, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo le impone una orden de alejamiento que le impide acercarse a su víctima durante diez años, al tiempo que le obliga a indemnizarle con 145.000 euros por las secuelas, el perjuicio estético y la incapacidad para realizar su trabajo habitual.

Los hechos ocurrieron el 13 de abril del año pasado, en pleno confinamiento, en la zona norte de Alicante, según declara probado el fallo. Agresor y víctima son de nacionalidad nigeriana y compartían piso. El lesionado se dirigía a hacer la compra y detectó que su compañero de piso le estaba siguiendo por la calle. Cuando le recriminó su actitud, éste comenzó a lanzarle piedras de grandes dimensiones. Una de ellas le impactó contra las gafas, rompiéndole los cristales y causándole un grave traumatismo ocular en el ojo derecho.

Durante el juicio, quedó de manifiesto que el enfrentamiento entre ambos comenzó a raíz de que la víctima avisara a terceras personas de que el acusado había dicho que se había comprado un coche para atropellar a un conocido porque estaba saliendo con su esposa. Cuando llegó a sus oídos, le acusó de ser «un chivato» y, aunque siguieron viviendo juntos, la convivencia entre ambos era cada vez más problemática.

Durante el juicio, el acusado se limitó a negar los hechos. Pero la sala ha dado credibilidad a la versión de la víctima, al valorar que su declaración se había mantenido firme y sin contradicciones, aportando hechos que la corroboraran. Entre ellos, el que el acusado se encontraba en el lugar de los hechos, aunque pudo huir de los agentes que le persiguieron en ese momento hasta que se le detuvo días después. La sala concluye que el conflicto explicaba perfectamente la agresión sufrida por la víctima.

La sala ha valorado la gravedad de las lesiones sufridas por la pedrada, que no solo le han causado un perjuicio estético, sino también le dejó una secuelas para el desempeño de su vida cotidiana.

La sala considera probado que tras la agresión, en los días siguientes el acusado amenazó a su víctima en dos ocasiones para obligarle a retirar la denuncia, el 26 y el 30 de abril. «Como no quites la denuncia te mato y te quito el otro ojo». El fallo le impone seis años de cárcel por las lesiones y otro año por las amenazas.