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Un subfusil en el mercadillo

El fiscal pide tres años para un coleccionista de armas de guerra tras vender algunas de sus piezas a un fugitivo en un rastro de Benidorm

El acusado, de espaldas en el banquillo, al inicio del juicio.

Reliquias que pueden traer consecuencias penales. La Audiencia de Alicante sentó este lunes en el banquillo a un coleccionista de armas de guerra a quien se le intervinieron en un registro en la Marina Alta tres pistolas, una carabina, munición y un subfusil. La investigación se inició porque algunas de estas armas acabaron en las manos de un fugitivo británico reclamado por las autoridades de su país por una estafa cibernética. La venta se gestó en un puesto del mercadillo El Cisne de Benidorm y acabó con el propietario de este material ilegal en el banquillo. Aunque este acusado admitió los hechos en el juicio, aseguró que las tenía por coleccionismo y que no servían para delinquir. La Fiscalía le reclama tres años de cárcel, mientras que su defensa ve desproporcionada esta pena y pide que se le baje la condena aún más.

El acusado ha colaborado con la investigación desde el día que la Guardia Civil se presentó en su casa tras concluir que fue la persona que había vendido las armas que requisó a un fugitivo británico. Les entregó incluso algunas armas que no guardaba en casa y que había pedido a un amigo que le cuidara el paquete, desconocedor de cuál era su contenido. Entre ellas, se encontraba el subfusil, un arma de guerra cuya posesión no está permitida en España a particulares.

«Usar este tipo de armas para delinquir no tiene ningún sentido. Muchas familias de militares las tienen en sus casas y muchas veces acaban engrosando el catálogo de algún coleccionista», aseguró. En el rastro iba a buscar medallas y, cuando tuvo dificultades económicas, conoció por mediación del responsable de uno de los puestos a un británico que estaba interesado en comprar algunas de sus piezas.

«Si yo hubiera sabido quién era esta persona, no se la hubiera vendido», aseguró tajante al tribunal que le enjuiciaba por un delito de tenencia ilícita de armas. Según preciso estaba convencido de que había vendido las armas a otro coleccionista como él, porque no podía concebir que se les pudiera dar otro uso distinto. Un vendedor del rastro había puesto en contacto a ambos por si cerraban un acuerdo de venta. El acusado intentó explicar que ese tipo de armas no podría usarse para ninguna actividad delictiva porque lo más normal era que fallasen, dada su antigüedad. Explicaciones que el tribunal no quiso escuchar, porque las armas funcionaban y tenían capacidad para hacer disparos.

La operación se desencadenó a raíz del arresto del reclamado británico en abril de 2016. Los agentes le intervinieron una pistola Mauser modelo 1934; otra FN modelo1900; una carabina Marlin y un total de 32 cartuchos sin disparar. Todas ellas en perfecto estado de funcionamiento. Las pesquisas se centraron en encontrar a la persona que se las había vendido, de quien los agentes solo tenían un número de teléfono.

Escuchas telefónicas

Inicialmente se pidió al juzgado que se interviniera el móvil del sospechoso, por si de las escuchas se podía derivar que se estuviera dedicando a la venta de armas en el mercado negro. Las escuchas no arrojaron indicios de actividad delictiva alguna, pero de ellas los agentes determinaron la dirección del sospechoso y fueron a su casa a hacer un registro.

Éste admitió los hechos desde un primer momento y le entregó las armas que tenía en casa y otras que no estaban allí en ese momento y que había pedido a un amigo que se las guardara, sin que éste llegara a saber qué había en esa bolsa. En ella se encontraba un subfusil, que tiene la consideración de arma de guerra. Según explicó, era un subfusil naranjero, de los que utilizaba el bando republicano durante la Guerra Civil Española. Junto al subfusil se intervino otra pistola Wesley Scout y otros catorce cartuchos de distintos calibres. También se ocuparon otras armas que le fueron devueltas por estar en regla.

La Fiscalía pedía inicialmente siete años de cárcel, pero este lunes bajó a tres al valorar la colaboración del estado con la Justicia y las dilaciones indebidas. La defensa por su parte pidió al tribunal que valorara que el acusado carece de antecedentes.

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