La Audiencia de Alicante sentó este martes en el banquillo a un profesor de Educación Física en un instituto de Aspe acusado de haber mantenido relaciones sexuales con una de sus alumnas, de 13 años de edad. El acusado negó cualquier tipo de contacto sexual con la víctima, aunque admitió que llegaron a intimar tanto ese curso que sí que existió una situación de «enamoramiento». Por contra la víctima, que ya tiene 8 años, ratificó en una declaración que se celebró a puerta cerrada que llegaron a mantener relaciones sexuales en varias ocasiones. La Fiscalía reclama la pena de doce años de prisión y que se le inhabilite durante otros quince para ejercer como docente o tener otras profesiones que impliquen tener contacto con menores de edad.
Los hechos ocurrieron en el curso académico 2015/16, cuando el acusado estuvo temporalmente en un instituto de Aspe como profesor de Educación Física. Durante este curso entabló una relación muy cercana con la menor, que habitualmente iba a contarle problemas de carácter personal que tenía con su familia. La Fiscalía sostiene que en el curso de esos contactos cada vez más personales las cosas fueron mucho más allá y acabaron manteniendo relaciones sexuales en numerosas ocasiones. El acusado negó cualquier tipo de relación sexual con la víctima y dijo que su relación con ella era meramente la de profesor y alumna. «Me comentó una serie de problemas que tenía en casa, en confianza y yo trataba de aconsejarla», aseguró al tribunal. Según su versión, fruto de este trato cada vez más cercado desarrolló hacia ella un «afecto especial». «En el trato van aflorando cosas de enamoramiento», dijo, pero negó que la hubiera besado, ni mantenido relaciones sexuales con ella.
Los hechos se denunciaron a raíz de que una de las docentes del centro se acercara a la menor, al verla muy apenada y ésta le acabó contando la relación que tenía con el profesor de gimnasio. La maestra dio la alerta a la dirección y la Conselleria, desde donde se informó a los padre de la situación y que acabaron presentando la denuncia. El acusado estuvo cinco meses en prisión preventiva por estos hechos.
En una declaración a puerta cerrada, la menor ratificó todos los supuestos abusos que sufrió en su día. La mayoría de estos encuentros tuvieron en un pequeño almacén que tenían los padres de la menor. Unas relaciones sexuales que fueron completas y que también incluyeron felaciones, según el testimonio. La joven aseguró que el acusado le obligaba a borrar todos los mensajes de WhatsApp que se intercambiaban. Solo conservaba la última conversación, en la que no había ningún mensaje explícitamente sexual, pero sí evidenciaban que no era relación entre profesor y alumna.
