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El bitcoin llega a los juzgados de Alicante

Los juzgados de Alicante empiezan a recibir las primeras denuncias por delitos relacionados con el uso de la criptomoneda, desde estafas a delincuencia organizada

La Policía está convencida de que el pujante negocio de las criptomonedas ha llegado para quedarse.

Dinero virtual. Un juez de Alicante ha imputado a siete personas por una estafa millonaria en bitcoins a inversores que habrían entregado su dinero a cambio de una alta rentabilidad. La Audiencia tiene pendiente de juzgar un secuestro en el que el rescate eran las criptomonedas. Su rentabilidad le ha convertido en objetivo de los cacos.

Mientras el uso del bitcoin se va implantando en las operaciones comerciales habituales, esta criptomoneda se ha convertido en un jugoso objetivo para las bandas organizadas. Fuentes de la Comisaría Provincial indicaron que las bandas de ciberdelincuentes ya exigen en sus extorsiones el pago del dinero en bitcoins, en la confianza de que el rastro de ese dinero es muy difícil de seguir para los investigadores. En la Audiencia de Alicante tiene pendiente un juicio por un secuestro en la playa de San Juan, en el que los captores buscaban de la víctima que les facilitara las claves para desencriptar sus monedas electrónicas. Mientras que un juzgado de Alicante investiga ya la presunta estafa de más de nueve millones de euros en criptomonedas y que se denunció el pasado diciembre.

El juzgado que lleva la investigación ha tomado declaración a los dos principales investigados por el presunto fraude. Estas pesquisas deberán determinar si lo que ocurrió en una estafa piramidal, como concluyó la Policía, o bien se trata de un enfrentamiento entre los socios de la mercantil por el control del dinero virtual y de los clientes que les depositaron sus ahorros. Por el momento, el juzgado de Instrucción número ocho de Alicante mantiene imputadas a siete personas, entre ellas los dos principales socios de la empresa investigada. El resto son distintos empleados de la mercantil, algunos de ellos aseguran que simplemente hacían labores administrativas y que no tenían nada que ver con las operaciones con las criptomonedas. La cifra de imputaciones es superior a los cuatro detenidos iniciales.

El presunto cabecilla de la trama fue detenido en Cuenca a finales del año pasado. El investigado, que está defendido por el letrado Juan Carlos López Vidal, negó el jueves ante el juez que se hubiera marchado de Alicante para esconderse de la Policía, sino porque temía ser secuestrado, ante el cariz que estaba tomando la situación con sus socios. Según explicó, su actividad era la de mover las criptomonedas que le daban los inversores y sacar por ellas una alta rentabilidad. Al poner en marcha el negocio, él aportaba la experiencia y el socio sus conocimientos en la gestión empresarial. Según su versión, los problemas empezaron cuando descubrió que sus socios lo que pretendían era aprovecharse de sus conocimientos y quedarse con sus clientes.

En este panorama, los inversores empezaron a dejar de cobrar los réditos el dinero entregado con la promesa de multiplicarlo. La investigación policial apunta a que se trató de una estafa piramidal en el que el dinero de los nuevos clientes servía para pagar los intereses de los iniciales. Cuando el dinero dejó de fluir, llegaron las primeras denuncias y ya hay una treintena presentadas.

El acusado atribuyó el cese de los pagos a su detención por «una falsa denuncia» anterior a esta operación y tras la que acabó perdiendo el acceso al ordenador y al teléfono móvil donde se deben introducir las claves para desencriptar los bitcoins. Según su versión, el ordenador y el teléfono estaban en su coche y fueron remolcados al depósito de la grúa tras su arresto. Uno de sus socios se los llevó y posteriormente los entregó a la Policía. Y aún sigue depositado en las instalaciones de la Comisaría. El investigado aseguró ante el juez que el dinero podrá volver a los inversores en cuanto tenga acceso a estos dispositivos y que no ha habido ni un solo desvío de fondos a sus cuentas particulares. El investigado apuntó un dato muy significativo: cuando se desarrolló la operación, el valor del bitcoin era de 14.000 euros. Hoy ronda los 50.000. Con lo que de encontrarse el dinero, éste se habría revalorizado de manera más que considerable.

Las fuentes policiales consultadas por este diario señalaron que en el análisis de estos equipos no se había conseguido encontrar rastro de ellos. En manos del juez está el decidir si se le permite acceder al móvil y al ordenador para poder desencriptar el dinero. Si los fondos aparecieran, la investigación judicial se facilitaría a pasos de gigante.

Secuestro fallido

No es el primer hecho con bitcoins que acaba en los tribunales de Alicante. La Audiencia Provincial tiene pendiente de juzgar el secuestro de un empresario ruso en la playa de San Juan durante la noche del 16 de agosto de 2019, en la que fue asaltado en su vivienda por tres hombres que pretendían que por la fuerza les revelara las claves para desencriptar sus bitcoins. Aunque los asaltantes no fueron identificados, que se dieron a la fuga ante una llamada inesperada al telefonillo de casa de la víctima, los investigadores señalaron a un hacker ruso como presunto cerebro del golpe. Denis K. está considerado un genio informático, tiene pendientes órdenes de extradición cuarenta países, que consideran autor del robo de miles de millones de euros a bancos durante sus actividades como hacker.

Las fuentes policiales consultadas por este diario señalaron que el bitcoin no es una moda pasajera y ha llegado para quedarse. La alta rentabilidad que está demostrando en estos últimos sucesos lo ha convertido en un botín muy codiciado para las bandas de ciberdelincuentes. Algunos de los grupos organizados que se dedican a la extorsión por internet, usando virus para infectar los ordenadores de sus víctimas y conseguir información por la que reclamar dinero, ya piden que el rescate se pague en bitcoins.

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